Valldemossa es un plató de televisión que en pantalla se convertirá en Tramuntana, escenario de un dramático asesinato. La caza ha elegido este enclave de la Serra para rodar su segunda temporada, que se estrenará en otoño en La1. Agustín Martínez es el autor del best seller Monteperdido, que después se conviritó en serie. Ahora es el responsable del guión de La caza. Tramuntana y se ha empapado de Valldemossa para escribir esta nueva temporada.
¿Por qué Valldemossa?
—Es un lugar precioso. Se respira la conexión del pasado de la Isla, el folclore... A la isla me trajo Bearn, la casa de muñecas. Después de leerlo decidí ambientar este caso en la Serra de Tramuntana. Conocía un poco Valldemosa a través de diferentes fuentes, de historias sobre Chopin, el Arxiduc... Vine primero a conocer la zona y después, a medida que iba escribiendo, he hecho varios viajes.
¿Qué pasará esta temporada?
—Hay muchos giros y sorpresas, más que en la primera temporada. La historia arranca en las fiestas del pueblo y asesinan a un vecino a pleno luz del día ante tres adolescentes. Entonces llegará Sara Campos para investigar la historia oculta tras este asesinato, que tiene mucho que ver con los habitantes del pueblo. Hablamos de gente del pueblo, de una serie de familias vinculadas a este suceso. Es una historia muy coral. Y también hay otro añadido: Sara Campos manejaba un pasado muy traumático vinculado con Mallorca y ahora nos acercamos al misterio.
De Huesca a Mallorca, ¿influye esta mudanza en la historia?
—Me interesaba mucho el concepto de isla, el aislamiento de los personajes. Quería jugar con ese doble aislamiento. Es verdad que Valldemossa no está tan aislada como antes. Pero si alguien intenta escapar, se encuentra con el mar.
La historia de Monteperdido surgió tras leer una noticia. ¿Cuál fue el origen de Tramuntana?
—Trabajo mucho con noticias, es mi materia prima. Para esta temporada me inspiré en una noticia que no ocurrió en la Isla y que no se puede contar porque sería un spoiler (risas). Antes de saber que la segunda temporada se iba a hacer en Mallorca, ya sabía qué historia quería escribir. En mis historias el entorno es un personaje perfecto.
¿El hecho de estar rodando seis semanas en la Isla puede aportar nuevas ideas al guión?
—Si, claro, y también el cásting. Tenemos un mogollón de actores de Mallorca que nos ayudarán a componer a los personajes de aquí. También el estar con el gente y en el propio pueblo. Me he inspirado mucho a través de lecturas de gente de aquí para componer una imagen aproximada de cómo es la gente.
¿Cómo se muestra ese carácter insular en la serie?
—La historia se centra en tres familias del pueblo. Una está dedicada al arte, otra tiene olivos, está muy vinculada a la tierra. La tercera es de clase media. Las hijas de estas tres familias son el núcleo del argumento.
¿Cómo ha sido el recibimiento en el pueblo de Valldemossa?
—Muy bien, han sido todo facilidades. Tendremos en la plaza de la Cartoixa una secuencia muy importante y nos están ayudando mucho. Los vecinos están muy entregados a la causa. Muchas casas de la serie están localizadas aquí.
Fue guionista de la alabada serie Crematorio, basada en el libro de Rafael Chirbes. En Monteperdido trabajó a partir de su propia novela.
—Yo siempre he sido guionista de televisión. El mérito de Crematorio es de Jorge Sánchez Cabezudo, que hizo una adaptación brillante de una novela difícil de adaptar. Cuando escribí mi primera novela fue muy fácil llevarla a serie porque ya había una estructura, fue un trabajo de reinterpretación.
En Monteperdido apostaron por música tradicional de Huesca.
—En Tramuntana utilizaremos la música propia de la Isla. Trabajamos con un músico de aquí, meteremos folclore mallorquín, música de los 50, Chopin y El cant de la Sibil·la. En la historia hay una coral de adolescentes con mucho peso. Colaborarán músicos de la Isla y apostamos por instrumentos tradicionales.
Como escritor y guionista, ¿las series son la némesis de la literatura?
—Un guión es literatura, es un paso intermedio. Cada vez se lee menos y los índices de lectura son un drama. Pero hay mucho interés por las novelas. Se mira hacia la literatura para adaptarla a series o películas. Hemos perdido el hábito de lectura y las nuevas generaciones se van hacia Youtube y las plataformas. Es cierto que somos culpables de ese cambio en el tiempo libre. Leer ya no se ve como un disfrute.
¿Hay esperanza para la literatura?
—Tiene una labor fundamental. En estos tiempos enfrentados, cuesta entrar en la cabeza de personas diferentes a ti. La literatura ayuda a entender al otro.