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Nerea Ferrero, una mallorquina en ‘La inocencia', el filme revelación del año

La asistente de arte Nerea Ferrero. | Pilar Pellicer

| Palma |

Es uno de los debuts cinéfilos más comentados del panorama nacional. Este viernes se estrena la película La inocencia, dirigida por Lucía Alemany, que opta a dos Premios Goya, uno de ellos a mejor actriz revelación, con la jovencísima Carmen Arrufat, y siete premios Gaudí. Y en este debut ha participado Nerea Ferrero, asistente de arte mallorquina que se ha forjado en L'Anell, de IB3, o ha sido coordinadora de arte de Mentiras, la serie de Atresmedia que se rodó el año pasado en la Isla.

Ferrero vive el estreno de La inocencia con mucha ilusión y percibe las buenas críticas que ha despertado hasta el momento. «Fue un mes de rodaje, veinticuatro horas con el equipo y los actores, pero también con el pueblo», explica Ferrero.

Y es que Traiguera es el escenario de esta historia que sigue las vicisitudes de Liz, una joven de 15 años que debe enfrentarse al aborto adolescente, un novio posesivo y unos padres que no la entienden, interpretados por Sergi López y Laia Marull, en un ambiente opresivo. Su sueño es dedicarse al circo pero ese verano todos sus deseos se pondrán a prueba.

«En el departamento de arte nos encargamos de los decorados y la ambientación. Queríamos contar la historia a través de ella, reforzando el carácter de los personajes. Contamos lo que no está en el guión», dice Ferrero.

Así, «el interés de Lis por el circo se refleja en su habitación pero también queríamos destacar la esencia del pueblo, con esas cortinas por fuera de los balcones o la ropa tendida en la calle». Un pueblo tradicional en el que el problema de Lis se hace aún más acuciante.

Nerea Ferrero señala que la directora, Lucía Alemany, quería recordar a cierta estética noventera que remite a su propia vivencia. Y es que Alemany es también de Traiguera y tuvo que someterse a un aborto.

«Muchos elementos los aportaba la gente del pueblo. Un colmado nos dejó comida de su almacén y los vecinos nos dejaban entrar en sus casas para coger cosas», dice Ferrero, que gracias a esa colaboración consiguió un ambiente más realista.

Ferrero se hizo con el premio a mejor dirección de arte de la primera edición de los I Premis Mallorca Cinema por Hostal Orión. Ahora espera que se confirme su próximo proyecto, aún sin revelar.

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