La nueva directora de Es Baluard, Imma Prieto, considera «muy poco» disponer de unos 200.000 euros para programación de un presupuesto total de 1,5 millones de euros, pero aspira a triplicar esa cantidad para impulsar su proyecto para el próximo cuatrienio.
«Estamos en un complejo de lujo, pero también muy costoso» en cuanto a mantenimiento de infraestructuras, lamenta Prieto en una entrevista con EFE realizada este jueves tras ser presentada oficialmente como máxima responsable del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma, plaza a la que ha accedido por concurso tras someter su proyecto al juicio de un jurado profesional.
La directora cree que un ente como Es Baluard, sustentado por el Govern, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma, las tres instituciones públicas con más recursos de Baleares, necesita de «un esfuerzo mayor» que suponga «de verdad apoyar la cultura». También se plantea «llamar a puertas privadas» y estudia la posibilidad de solicitar fondos del Ministerio de Cultura.
Respecto a su proyecto, expone: «El museo para mí es una plataforma desde la que pensar en torno a la contemporaneidad. Nuestra misión se traduce en la transmisión de conocimientos; un museo ha dejado de ser un almacén, que colecciona y exhibe piezas». También defiende que «el museo es un activador del espíritu crítico» y se propone Es Baluard consciente de su escala: «Esto no es el Reina Sofía, no es el Macba ni la Tate ni el Moma. Es un museo de escala media».
Desde esa premisa, se plantea interactuar con entidades similares para compartir proyectos (lo que supone un mejor aprovechamiento de recursos) y establecer intercambios tanto con instituciones artísticas internacionales y españolas como con el entorno más próximo. «Para mí es tan importante mantener un diálogo fructífero con la Fundación Juan March o con el Casal Solleric, como con una asociación de un barrio de un centro cívico. Mi idea de diálogo es totalmente horizontal», enfatiza.
Fuera de Baleares ya ha iniciado los contactos para cooperar con museos de Valencia y Barcelona, conformando lo que llama «triángulo mediterráneo», y también con entidades artísticas alemanas, noruegas y francesas.
Aunque tiene preconfigurada buena parte de la programación de los próximos años (su contrato dura cuatro), evita adelantar ningún proyecto concreto y solo anuncia que la primera exposición con su sello se inaugurará el 30 de enero.
En estos días el museo está montando su próxima muestra, ideada por los profesionales de Es Baluard durante el «dilatadísimo» paréntesis de siete meses sin director entre el cese de la anterior, Nekane Aramburu, y la incorporación de Prieto. «Hay un equipo humano increíble» que ha conseguido mantener activo Es Baluard pese a esta situación, indica Prieto, que asegura ignorar qué obstáculos demoraron su designación por un método que defiende «plenamente».
Otro de los propósitos de Prieto es ampliar la colección del museo, a lo que este año se han destinado 15.000 euros, el 1 % del presupuesto de la institución. «Desde ya, mi apoyo incondicional a la comunidad artística, porque a veces se nos olvida que sin ellos no existimos», manifiesta.
Este respaldo estará condicionado asimismo por una premisa, la de no repetirse. «Puedo entender que un artista de aquí quiera ser expuesto en el museo de su ciudad. Pero, por una parte, muchos ya lo han sido, y algunos reiteradas veces, yo esto lo voy a evitar, y por otra, al propio artista ¿qué le interesa más, estar aquí o que yo me lo lleve a Oslo?», argumenta.