Agentes de la Patrulla verde de la Policía Local de Palma, con el apoyo de la Unidad Nocturna, paralizaron el pasado día 1 un concierto que se estaba celebrando en sa Possessió, en el polígono de Son Rossinyol.
Los policías acudieron al lugar a las cuatro de la madrugada tras recibir numerosas quejas de vecinos. Ya en el lugar, realizaron una medición perimetral que dio como resultado un sonido que superaba en 24 decibelios el límite legal. Tras solicitar al promotor la licencia pertinente, y responder este que no la tenía, se paralizó en el acto el concierto y se desalojó a los presentes, sin incidentes.
La infracción puede suponer una multa de hasta 300.000 euros.