Pastora Soler (Coria del Río, 1978), apura las últimas fechas de su gira, que ha compaginado con la grabación de su nuevo trabajo discográfico, undécimo de una trayectoria que bracea las aguas del pop, la copla, los medios tiempos y esas baladas temperamentales que dejan al público con el corazón en un puño. En esta entrevista, la sevillana adelanta parte del contenido de su nuevo material, aún sin título, del que podría caer algún tema en su inminente visita a la Isla. Será este sábado 17, en la Torre de Canyamel de Capdepera.
Acaba de desvelar en Jerez que está embarazada, y desde entonces las redes echan humo, ¿ha notado el calor de la gente?
—Sí, me llega. Una noticia así es una bendición y la gente que me quiere se ha llevado una alegría. Estoy recibiendo muchas felicitaciones de conocidos y desconocidos.
¿Es difícil compaginar la grabación de nuevo material con los conciertos de una gira aún en ruta?
—La verdad es que nos hemos organizado muy bien. He tenido tiempo para grabar, para tocar e incluso tiempo para descansar. Incluso he tenido tiempo para quedarme embarazada. En cuanto a la gira, quedan pocas fechas y son lugares muy especiales para mí como Mallorca, a donde me hace mucha ilusión volver.
¿Cuál ha sido la canción más difícil de ‘parir' de este disco?
—La verdad es que lo más difícil ha sido montar un disco equilibrado en el que no sienta que me estoy repitiendo. Al no ser compositora, necesito hacer mía cada canción, y eso no es fácil. Aunque esta vez me he animado a componer con David Santisteban, es maravilloso poner tu sello personal a una canción.
¿Qué puede adelantar del disco, vira hacia otros estilos musicales?
—Sigue la línea del disco anterior, porque creo que he encontrado mi propio estilo. Hay diferencias en la producción, que tiene un sonido un pelín más electrónico y pop, muy potentes. Y puedo adelantar que en este disco habrá más baladas que en el anterior.
¿Cuando saldrá a la luz?
—Aún no tiene título y la fecha de publicación que estamos barajando es hacia finales de octubre, aunque el primer single saldrá a finales de septiembre. No sabemos cuál será la canción escogida, hay muchas candidatas.
Empezó con 14 años y tiene 40, ¿se siente una vieja rockera?
—Por un lado me siento joven, pero por otro siento que tengo mucha experiencia. Esto puede ser un arma de doble filo, pero trato de llevarlo bien y disfrutar al máximo.
¿Es de ese tipo de artistas que siempre venden su último disco como el mejor?
—El último disco es el que se tiene más reciente, y es en el que has volcado todos tus conocimientos, así que se tiende a pensar que es el mejor. Pero yo tengo mis discos favoritos: Bendita locura, Conóceme y La Calma son de los más especiales.
¿Donde encuentra Pastora Soler el oxígeno en estos tiempos tan acelerados?
—En mi casa, con los míos. Disfruto mucho de mi vida personal, es importante hacerlo, porque si no se resiente tu vida profesional.
De no ser artista, por sus conocimientos del corazón, al que lleva 25 años cantándole, bien podría haberse doctorado en cardiología...
—Me hubiera encantado. Aunque aún es muy pequeñita, siempre le digo a mi hija que tiene que estudiar medicina o investigación. En cuanto a mí, de no ser artista me hubiera gustado estudiar historia del arte.
¿El amor o su ausencia son el mejor asidero para escribir canciones?
—Sí, totalmente. En especial la ausencia, de ahí salen las mejores canciones. Eso lo he aprendido de la copla, hay mucho desgarro y desamor en ella, y hace que el público conecte fácilmente con sus letras.
¿Qué canción nunca falta en uno de sus conciertos y por qué?
—La mala costumbre y Quédate conmigo, pero siempre tiene que haber una copla. Y otra canción que nunca falla es Que no daría yo, una bulería de Rocío Jurado que me representa mucho.
¿Ha aprendido a lidiar con que su vida privada sea noticia?
—Si, cuesta pero hay que equilibrarlo, aunque no es fácil. De todas formas, nunca he sido una persona muy mediática, cuando más he aparecido en la prensa rosa fue cuando sufrí de agotamiento y tuve que abandonar los escenarios, fue un momento puntual, luego me han respetado bastante.