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Las estrellas de Operación Triunfo brillan en Inca por segundo año consecutivo

Concierto de Operación Triunfo en Inca. | Teresa Ayuga

| Inca |

Según los mentideros de Twitter y el runrún de la calle, parece que la añada de 2018 de Operación Triunfo no ha sido, vaya por Dios, tan próspera como su antecesora. Y es que los 16 concursantes de la última edición de OT han tenido el listón muy alto, el de Amaia Romero, una sombra que se cernió sobre ellos incluso dentro de la Academia, donde ni siquiera era una certeza que esta gira que les acercó a tierras mallorquinas fuese a materializarse. Sin embargo, Famous, Alba Reche, Natalia, Miki, Sabela, Julia, María y compañía demostraron que nadie puede deslucir su talento y firmaron un explosivo concierto ante una entregada parroquia, en el polideportivo Mateu Cañellas de Inca.

Un par de horas antes del concierto ya se agolpaban los jóvenes –y no tan jóvenes– seguidores de OT en las inmediaciones del recinto. A las 21.30, puntual como un reloj suizo, daba comienzo el espectáculo con una actuación grupal centrada en This is me de la película El gran showman, uno de los grandes himnos de esta generación de ‘triunfitos', que fue cantado al unísono por más de 6.000 gargantas. Daba inicio una velada que prometía unas 40 canciones, en la que cada artista tendría su particular momento de gloria.

El primer expulsado de OT, Alfonso, prosiguió con Pégate, popularizado por Ricky Martin en 2006; a continuación siguió Joan, con su guitarra, interpretando Bed I made; y luego llegó el primer dúo de la noche, Julia y Dave, que cantaron Vivir, de Rozalén. El ganador de la edición, Famous, no tardó en salir, también a dúo con María, para interpretar 1, 2, 3 de Sofía Reyes.

El público no decepcionó y vitoreó a todos los artistas, aunque fue especialmente caluroso con el trío finalista: Famous, Alba Reche y Natalia, que se dieron un auténtico baño de multitudes auspiciado en los éxitos que formaron parte de la banda sonora del talent show televisivo.

De este modo, entre los gritos, aplausos y bailes del público arrancaba un show que aterriza por segundo año consecutivo en Inca, con un stage mejorado, grandes pantallas led y una pasarela con pirotecnia. No ha pasado ni un año de su salida de la Academia y los cachorros de OT 2018 lucieron como auténticos veteranos. Está claro que deben demostrar su valía en solitario, pero esta gira les está preparando para ese momento en el que realmente veremos de qué pasta están hechos. Por el momento, más de 6.000 personas disfrutaron en Inca con este fin de ciclo que pasará el relevo a una nueva generación OT.

Mismo dispositivo

El dispositivo municipal fue igual que en 2018. Además de cerrar la calle posterior del polideportivo, se habilitaron 500 plazas de párking. Las colas este jueves no fueron tan caóticas como el verano pasado y sobre las cuatro de la tarde había unas trescientas personas.

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