La previsión de lluvia obligó a trasladar la representación del Via Crucis de Taula Rodona, de las escalinatas de Catedral de Palma, donde se hace tradicionalmente, a la iglesia de Sant Felip Neri de Palma. Esto no despistó al público que confirmó, un año más, la vigencia de este montaje dirigido por Bernat Pujol y escrito por Llorenç Moyà.
La pieza, que este viernes cumplía 34 años, fue fiel al formato que la ha llevado a congregar cada temporada a centenares de personas. La mayoría del elenco lleva trabajando este una y dos décadas; conocen el desarrollo de memoria y manejan los tiempos e intensidad que requiere cada momento, lo que este viernes demostraron de nuevo.