Rafa Ferrà vuelve para presentarnos una nueva y ecléctica colección de canciones titulada Mi felicidad, un álbum que retoma el espíritu elegante y mediterráneo de su imaginario estilístico. Lo integran diez cortes que hacen de la inflamación sentimental y las pasiones encontradas sus principales ideas motoras. Lo presenta este viernes, en el centro cultural Casa Planas de Palma, a las 21.00.
Con la incontinencia creativa de Ferrà sucede un poco lo mismo que con la de las grandes voces, gente como Van Morrison o Dylan. Cualquier nueva entrega de sus canciones aporta más reflexiones (sobre el amor y su ausencia, el veneno, la culpa y la redención) que el promedio de ‘juntar versos' anodinos formados en las canteras televisivas. Las canciones del mallorquín poseen un relieve más profundo que lo que nos meten con calzador.
En Mi felicidad, ha derribado sus muros de contención para abrir toda su dimensión creativa, y ahora, sin límites, para lo bueno y para lo malo, su obra respira más libre y angular que nunca. Este álbum, grabado con el reconocido productor Daniel Ambrojo, «nace de la idea de que hay algo en cada uno de nosotros que nos hace felices. Mi felicidad es la música y cada persona debería descubrir en la vida cuál es la suya. Eso le da sentido a todo», razona Ferrà. Basta escuchar temas como Disimular, Inmenso, Me agarro a la vida o la homónima Mi felicidad para percibir que el optimismo ondea en su repertorio.
Seis meses de grabación han dado lugar a su tercer trabajo de estudio, «un disco fresco y alegre, aunque las letras esconden más profundidad y también dolor», confiesa. Las letras son, precisamente, uno de los aspectos que Ferrà cuida más, asegura disfrutar al ver cómo «la gente hace propias mis historias, es una sensación indescriptible».
Tras la presentación en Palma, el cantautor irá de gira con su nuevo material a Madrid, Bilbao, Valencia, Santander y Barcelona.