Desde este viernes ya se puede disfrutar en el Museu Diocesà de una nueva edición de la Peça del Temps, dedicada a la Virgen de la Merced, cuya fiesta se celebra el próximo día 25, y a la orden mercedaria, creada bajo su advocación con una misión, rescatar a los cautivos de los piratas y corsarios sarracenos.
Durante sus razzias por el Mediterráneo e incursiones en tierra firme se hacían con cientos de prisioneros. La historia de Mallorca está llena de episodios de este tipo.
Los apresados eran conducidos a Argel u otros lugares del Norte de África y el sur de la Península, para ser vendidos como esclavos. Mañana, a las 11.00, se ha programado una visita guiada en el museo con el historiador del arte Juan José Soler Martínez.
El cuadro titulado L'exaltació de l'Ordre Mercedària ha sido trasladado, temporalmente, desde una capilla de la Catedral al museo para su exhibición, tras un limpieza y puesta a punto. Se trata de un lienzo de factura anónima que surgió de un taller, más que de la mano de un artista concreto. Existen diferencias en el trazado de los rostros que así parecen confirmarlo.
Pero, según la historiadora del arte de la Seu Catalina Mas, en general «es una una pintura muy bien hecha», el trabajo de «carnación» en los personajes más relevantes del cuadro, es decir, manos, rostros... «está muy conseguido. Fechado en el siglo XVIII, según Soler Martínez «tiene un gemelo en la iglesia de la Merced de Palma» y la composición, con la Mare de Déu en el medio, rodeada de personajes mercedarios, es «muy mallorquina».
Estos monjes, como San Pedro Nolasco, viajaban a África bajo la protección del rey de la Corona de Aragón para hacer de intermediarios ante los captores e intentar rescatar a los prisioneros. Los mercedarios tenían una casa en Barcelona en la que ayudaban a reinsertarse a quienes conseguían traer de vuelta a casa pagando rescates. Este tipo de piratería fue calificada por Soler Martínez como «una lacra» de aquel tiempo, entre el siglo XIII y el XVIII.