Eran las 22.30 cuando los músicos que acompañaban a The Jacksons ocupaban su lugar al fondo del escenario. Tras un breve vídeo de introducción, los incombustibles Jermaine, Jackie, Tito y Marlon Jackson se plantaron frente al público para propinar la primera embestida de la noche: Can you feel it, uno de sus muchos ases en la manga. Empezaban marcando terreno. No les preocupó quemar uno de sus mejores cartuchos de inicio, su repertorio contiene tantas joyas que se lo pueden permitir. Y para refrendarlo, otro cañonazo: Blame it on the boogie, una canción que 40 años después sigue agitando las emisoras. Eso es grandeza. Con solo dos temas, el público que abarrotaba Port Adriano ya había entrado en calor.
Una marea de flashes recibía a los héroes de la noche, ataviados impecablemente para la ocasión. Mientras las canciones se sucedían, los cuatro sexagenarios bailaban coreografías a su alcance y evidenciaban que no andan sobrados de voz, pero ponían todo su empeño en sacar adelante el show. De alguna forma, el aura icónica que les envuelve tapa sus carencias y mantiene intacta la expectación del público. Llegó el turno de Rock with you, un corte incluido en el quinto álbum en solitario de Michael Jackson (Off the wall), considerado uno de las grandes hitos de la era disco. Echamos en falta la voz del Jackson más popular en un tema con un fuerte acento groove. Pero fue un acierto que tuviesen presente al ‘rey del pop', cuya voz se apagó hace casi una década.
La nostalgia jugaba de su lado, y es que The Jacksons no precisó de grandes alardes escenográficos para resultar eficaces. Les bastó airear su obra y milagros para poner en marcha los tobillos y las caderas de los más reacios. Unos temas que en sus días de apogeo provocaron torbellinos en la pista de baile y, si me lo permiten, hasta un incremento en la natalidad. Independientemente de las emociones, evocaciones y nostalgias que despierten en cada cual, sus éxitos siguen sonando objetivamente gloriosos, nadie duda que forman parte de la Biblia del pop.