El compromiso es una constante en la filmografía del cineasta Roland Joffé. El director británico fue ayer el responsable de cerrar el Atlantida Film Fest, que en un primer balance ayer calculaba unos 9.000 asistentes, un 40 por ciento más que el año pasado. Joffé recibió de manos del Consell de Mallorca el premio Masters of Cinema en homenaje a su trayectoria y presentó en Palma su última película, The Forgiven, estrenándose así en España.
Los grandes conflictos mundiales son habituales en sus trabajos. En La Misión analiza la redención del invasor en el Nuevo Mundo, con Robert de Niro y Jeremy Irons, mientras que en Los gritos del silencio profundizó en la Camboya que vive el terror de los jemeres rojos. Con ambas cintas fue candidato al Oscar a Mejor Director. En Palma presentó The Forgiven, una reflexión sobre el perdón en la Sudáfrica post-Apartheid, donde el arzobispo Desmond Tutu juega un papel importante, «pero no es el héroe», explica Joffé. Una circunstancia que sorprendió al propio Tutu: «¿Y quién es el héroe?, me preguntó él. Es cierto que tanto Desmond Tutu como Nelson Mandela han tenido mucho que ver con el fin del Apartheid, pero los verdaderos héroes son la población de Sudáfrica».
Saber perdonar
El perdón es la constante en esta cinta, en la que Desmond Tutu, protagonizado por Forest Whitaker, se enfrenta a Piet Blomdfel, un asesino convicto en la piel de Eric Bana, que tuvo un papel destacado en los asesinatos cometidos durante el régimen racista. Pero hay otra trama que reclama su protagonismo, donde una madre de raza negra pierde a su hija en un cruel asesinato y le pide a Tutu que busque al culpable.
«No hay que olvidar, pero es muy importante perdonar. La pregunta que me planteo en The Forgiven es hasta dónde podemos perdonar», plantea el británico, poniendo de ejemplo la Guerra Civil española.