El artista mallorquín Domingo Zapata ha viajado desde Nueva York hasta Madrid para volver a pintar, en vivo, frente al Museo Reina Sofía su menina «La vida es sueño», que había pasado por el taller para reparar algún deterioro pero le hacían falta unos toques de color.
La obra original, como ya evidencia el título, se inspiró en Calderón de la Barca, un autor al que Zapata dice haber «admirado mucho siempre» y que, además, le «parece muy adecuado para Madrid».
Esta nueva versión, motivada por unos destrozos que el artista ha calificado ante los medios como «una pena», también estará inspirada en el escritor pero con la novedad de incluir la «improvisación como un elemento más». «Quiero que la luz que hay hoy y esta plaza me vayan inspirando», ha dicho Zapata a su llegada. Una espontaneidad, eso sí, guiada por el objetivo que traía ya pensado de casa: «Como decía Calderón, la vida es sueño y yo quiero decirle a los jóvenes que si tienen uno, vayan a por él».
Con el primer brochazo, un azul intenso, ha empezado a sonar la guitarra española de Rafita, músico y cantante de flamenco que ha convertido la restauración en una perfomance multiartística. «Me gusta llevar mi propia banda sonora», decía entre risas Zapata.
La música en directo no es resultado de un capricho espontáneo, el artista tiene clara una cosa: «El arte no es solo para los que pueden comprarlo»; por eso decidió restaurar su menina en vivo y en el mismo lugar en el que estuvo expuesta antes del deterioro y, por eso, este lunes Zapata no sólo ha ofrecido a «todo aquel que lo quiera» su pintura, sino también una actuación de flamenco en acústico.
Sobre el azul, amarillo. Podía ser el cielo de Madrid, pero en realidad es «la mezcla de los colores primarios -amarillo, cian y magenta- directamente sobre la menina para crear texturas y la sensación de relieve en el resultado final», narra Zapata mientras mueve el pincel al son de la guitarra.
Cuando el proceso parece encaminado y algunos ya han dejado de prestar la atención del principio, una segunda voz acompaña a Rafita: Rafael Amargo entra como un espontáneo para acompañar a su amigo, una persona «con duende», dice orgulloso.
Durante casi dos horas, medios y curiosos han asistido a la creación de uno de los artistas más polivalentes -diseñó una colección para la New York Fashion Week y publicó un libro el año pasado- y queridos entre el público estadounidense.
Domingo Zapata ha vuelto a hacer honor a su apodo de «el nuevo Andy Warhol», como le han bautizado en medios como The New York Times, improvisando una pintura con marcadas referencias de la cultura pop con «mucho color, mucha vida y mucho corazón».
La menina de Zapata -una de 84- forma parte de un proyecto del Ayuntamiento de Madrid, que desplegó estas figuras de gran formato decoradas por artistas de tendencias diversas, con la intención de sacar la obra de Diego Velázquez de los museos y promocionar al tiempo el comercio y el turismo de compras.
Muchas de estas meninas serán vendidas en subasta el 10 de julio con la intención de recaudar fondos para varias ONGs.
El viaje a Madrid del mallorquín no acaba con la restauración. El miércoles próximo estrenará en la capital «veinte cuadros hechos a cuatro manos» con el cantante Alejandro Sanz. Una «exposición itinerante» que ya ha estado expuesta en Estados Unidos y que desde Madrid viajará a México.