«Se encuentra a sesenta varas», «Está a medio tiro de fusil de la torre, cerca del mar». Estas son algunas de las descripciones que aparecen en documentos antiguos sobre una batería avanzada de cañones, ubicada en Alcanada, en la costa de Alcúdia, en 1740 por orden del rey Felipe V.
Se creía que este elemento de arquitectura militar había desaparecido, sin embargo, ha sido hallado por los integrantes del Grup d'Estudis de les Fortificacions de Balears (GEFB) tras una limpieza del terreno con permiso del Ajuntament del municipio. «Por su técnica constructiva es única en las Islas», cuenta Ángel Aparicio, presidente de la entidad.
«Hemos localizado el 80 por ciento de la batería, unos 200 metros cuadrados. Está construida con piedra y argamasa y también cuenta con un enlosado de piedra viva». En virtud de las leyes de patrimonio histórico estatal y autonómica, se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC). La tierra que sobraba de las obras realizadas en el puerto, entre los años 50 y 60 del pasado siglo, «acabaron cubriéndola». El hallazgo tuvo lugar gracias a unos documentos procedentes del Archivo del Arsenal de Cartagena que se cotejaron con planos originales de la zona que custodia el Arxiu del Regne.
Cabe recordar que Felipe V fue el rey borbón que promulgó el Decreto de Nueva Planta por el que, en 1715, quedaran abolidos todos los privilegios del Reino de Mallorca. Fue este monarca quien, «pensando que la bahía de Alcúdia era vulnerable a los peligros que podían llegar por mar, mandó artillar la costa con los mejores cañones que había; eran de hierro y vinieron de Barcelona».
Esta batería se construyó «a propósito» para este tipo de cañones de calibre 24 que «debían proteger desde Cap Ferrutx, salvando la isla de Alcanada, hasta el muelle donde se encontraba la siguiente, más pequeña». La construcción disponía de un parapeto de seis metros de largo, sobre el que reposaban los cañones, que disparaban fuego rasante para alcanzar la línea de flotación de los barcos, un enlosado y un terraplén.