La vida cotidiana de los habitantes de Anantapur, en la India. Sus costumbres, sus rituales y, sobre todo, el día a día de las mujeres de esta comunidad rural, «era lo que más me interesaba». Así lo refleja, sin filtros, la prestigiosa fotógrafa Cristina García Rodero (Ciudad Real, 1949) en la exposición Terra de somnis, que desde este miércoles se exhibe en Caixafòrum de Palma (Plaça Weyler, 3). La artista, única profesional española en la agencia Magnum Photos, pasó un mes y medio en esas tierras realizando este proyecto, un encargo de la Fundación Vicente Ferrer y la Obra Social La Caixa, que antes que en Ciutat se ha visto en Madrid, Barcelona y Girona con éxito, sumando más de 157.000 espectadores. Se podrá visitar hasta el 13 de mayo.
La principal intención de García Rodero fue «dar voz a las mujeres, motor del desarrollo social y económico, pese a ser las más vulnerables», remarcó Adriana Bardolet, jefa de proyectos del Área Internacional de La Caixa. Y la fotógrafa cumplió «hasta el último detalle». Mientras, para Jordi Folgado, presidente de la Fundación Vicente Ferrer, con esta exposición «se comprende el sufrimiento humano». Las instantáneas, cerca de 80, «reflejan el trabajo que hacemos allí».
Durante ese mes y medio, la fotógrafa visitó «hospitales, centros de acogida para mujeres víctimas del maltrato, talleres, escuelas y casas», logrando unos retratos «alegres y crudos» que dan la palabra a las que a veces no la tienen, también a los niños y niñas. «Fue un trabajo difícil, pero muy gratificante», confiesa García Rodero, premiada con World Press Photo o en PhotoEspaña. A la hora de abordar sus proyectos no tiene límites, «soy como un caballo desbocado». Se entregó al cien por cien y pasó ese tiempo rodeada de los habitantes de Anantapur, «como una más».
Sobre todo, la fotógrafa destaca «la belleza de esas personas, sencillas, agradables. Son igual que nosotros, sobre todo en lo más importante, en la humanidad». Aún así, le impactó la situación de las viudas de estas zonas rurales.
García Rodero es la única española en la Magnum, una prestigiosa agencia que hasta hace muy poco «era un reino de hombres».