La fiesta del cine español ha tenido un marcado carácter mallorquín gracias a Woody&Woddy, un filme de Jaume Carrió (Esporles, 1983) y Laura Gost (sa Pobla, 1993) que les ha valido el Goya al mejor corto de animación. El cineasta y la guionista se han subido al escenario del Madrid Marriott Audtorium para recoger el 'cabezón'.
El film, un homenaje a la figura del cineasta Woody Allen, ha superado a Colores, de Arly Jones y Sami Natsheh; El ermitaño, de Raúl Díez; y Un día en el parque, de Diego Porral.
Mientras el profesor mallorquín dedicó el premio a su madre, a su equipo, y a la voz del personaje, Joan Pera, doblador habitual de Woody Allen, la guionista afirmó que solo tiene «una certeza sobre el protagonista de esta historia y es que es un verdadero genio y un autor imprescindible en la historia del cine».
Porque el trabajo es un homenaje a quien es considerado un genio del cine, pero también una figura cuestionada. El corto no habla del asunto, ni juzga su comportamiento, ni si es culpable o no de los hechos de que se le acusan, el abuso sexual de su hija adoptiva Dylan Farrow cuando tenía siete años, unos hechos por los que Allen ya fue juzgado y declarado «no culpable» en los años noventa.
La obra, de doce minutos de duración es un diálogo entre los dibujos animados de un Woody Allen de 45 años y su alter ego de 80, Woody&Woody, que charlan sobre el miedo a morir, las manías por los gérmenes, o sus divorcios, mientras escuchan jazz sentados a la barra de un bar.
Esporles
El cineasta y la guionista acudieron nerviosos a la gala de entrega de premios, un certamen que siguieron muy de cerca desde Esporles, donde se vivió con intensidad la velada, que después de la proyección del corto y pocos minutos antes del inicio de la gala a las diez de la noche, se mostraba un vídeo de Carrió y Adriana Hernández, del equipo de animación y también de Esporles, saludando a todos los asistentes.