La Regiduría de Cultura del Ajuntament de Palma, con Llorenç Carrió al frente, ha sacado a concurso público una nueva convocatoria para dotar a su Xarxa de Biblioteques de nuevos títulos. Hasta ahora, la compra de libros que nutren las bibliotecas de Ciutat corría a cargo de los propios empleados de estos espacios; este año, en base al citado concurso público, será una única librería o empresa quien realice este servicio. Pero las bases de la convocatoria han traído consigo una sorpresa para los propietarios de la librería Quart Creixent, ubicada en la calle Rubí y especializada en libros en catalán, ya que las bases de la citada convocatoria exigen que se tengan libros en exposición tanto en catalán como en castellano.
«Estamos muy afectados y, sobre todo, muy decepcionados, porque estamos hablando de un gobierno de izquierdas», lamenta Miquela Serra, una de las socias de Quart Creixent, miembro del Gremi de Llibreters de Mallorca. «Como librería únicamente en catalán, nunca habíamos tenido problemas con la venta de libros a las bibliotecas, ni siquiera con el PP», sostiene la librera.
Una de las opciones «que nos presentaron», relata Miquela Serra, era «asociarnos con otra librería y formar una UTE [Unión Temporal de Empresas], pero no sale rentable».
El regidor de Cultura del Ajuntament, Llorenç Carrió, aclaró a Ultima Hora que el requisito que exige que las librerías o empresas que opten al concurso deban tener exposiciones de libros en castellano y catalán viene impuesto por el departamento de Serveis Jurídics de Cort.