Natividad Macho Álvarez, conocida como Nati Mistral, actriz y cantante española, pero vinculada estrechamente a Argentina y México, ha fallecido hoy en Madrid a los 88 años.
Fue una de las artistas más polifacéticas y versátiles que ha interpretado todos los géneros teatrales: drama, comedia musical, zarzuela o teatro clásico, género que compaginó con la música y el cine.
Entre sus grandes interpretaciones dramáticas destacan «Fortunata y Jacinta», «Divinas palabras», «Medea», «La Celestina» o «La Dorotea».
Nacida el 13 de diciembre de 1928 en Madrid, fue educada en un colegio alemán de la madrileña y castiza calle Calatrava. Se matriculó en el Conservatorio, donde estudió canto y música por influencia materna.
Cuando era todavía adolescente ingresó en una compañía infantil que actuaba en el Teatro Español de Madrid, donde poco después fue contratada como figurante para las representaciones clásicas. Su nombre «Mistral» le viene por Gabriela Mistral, poeta favorita de su madre.
Su primera obra como adulta fue en «El sueño de una noche de verano», de Shakespeare. Con quince años, ganó un premio en Radio Madrid, cantando un fado, y fue contratada por la compañía de Lola Flores y Manolo Caracol para formar pareja artística con Tony Leblanc.
En 1947 fue contratada por Arthur Kaps y Franz Johan para hacer una gira por Europa con su famosa compañía «Los Vieneses», y en Alemania permaneció durante cinco años, trabajando varias temporadas en el «Operetten House» de Hamburgo.
Pero fue en 1957 cuando fue contratada por el empresario y autor, Luis Escobar para «Te espero en el Eslava», cuando obtuvo su primer gran éxito, al que seguiría un año después, «Ven y ven al Eslava». Juntos repitieron el éxito en musicales posteriores como «La Bella de Texas, La Perrichola», y protagonizó en 1966 la primera versión presentada en Madrid de «El hombre de La Mancha».
No en vano, Nati Mistral está considerada como la pionera de los grandes musicales en España.
Siguieron «La corte del Faraón» o dramas como «Fortunata y Jacinta», «Bodas de sangre» y «Anillos para una dama». Una de las aportaciones de las que se sintió más orgullosa fue su interpretación en «Divinas palabras», de Valle-Inclán (1962).
Alejada de los escenarios españoles durante un tiempo, reapareció en 1983 con la obra «Isabel, reina de corazones», a la que siguieron «La revoltosa» (1984), «La Malquerida» (1985), la nueva representación de «Divinas Palabras» de Valle-Inclán en el Teatro Bellas Artes de Madrid en 1986 y «La Chunga», de Mario Vargas Llosa.
De regreso a España, tras una gira por América, participó en 1992, junto a Juanita Reina y Rocío Jurado, en «Azabache», espectáculo representado en el auditorio de la EXPO de Sevilla.
En 1993 ofreció un ciclo de diez conciertos en Buenos Aires y en 1995 interpretó en Madrid la obra «Los padres terribles», de Jean Cocteau, junto a Amparo Rivelles y Vicente Parra.
En 1996 representó el musical «Hello Dolly» en Argentina y un año después de regreso a España presentó en el teatro Albéniz de Madrid «Nati Mistral. Punto», espectáculo que recorría su carrera artística a través de la canción española, el musical, la revista y el cuplé. Ese mismo año estrenó en Bilbao y Madrid la comedia «Café cantante», de Antonio Gala.
Nati Mistral, la actriz española que más veces interpretó a García Lorca, presentó en 1998 el espectáculo «Simplemente Lorca», y un año después, protagonizó «La Celestina» y en 2000 «La Dorotea» de Lope de Vega. En agosto de 2007 actuó junto a la actriz Paca Gabaldón en la obra «Tras las huellas de Bette Davis».
Su popularidad le permitió hacer cine también. Debutó con un pequeño papel en «Las inquietudes de Shanti Andía» (1946). Más tarde protagonizó «María Fernanda, la Jerezana» y «La mantilla de Beatriz» (1946) y «Oro y marfil», «La Nao Capitana» y «La muralla feliz» (1947). Le siguieron «Currito de la Cruz» (1949), «Servicio en la mar» (1950), «Cabaret» (1952), «Mis Buenos Aires queridos» (1962), «Canciones de nuestra vida» (1975) y «Frutilla» (1980).
La actriz siempre ha hablado con claridad de ideas. Para Nati el ser humano es una decepción constante, «de vez en cuando sale uno bueno, parece que las cosas van a cambiar, pero no cambia nada; avanza la tecnología, pero no salimos del primitivismo», dijo en una entrevista en 2012.
Premio Nacional de Teatro, 1997; el Premio Mayte de Honor, 2006; o Premio José Isbert de Teatro, 2007, Nati Mistral sumó otras distinciones como el Lazo de Dama de la Orden de Isabel la Católica, 1964 o la Medalla de Oro de las Bellas Artes, 2007.
Viuda del industrial barcelonés, Joaquín Vila Puig, fallecido en 1995 y con el que se había casado en 1959, el matrimonio no tuvo hijos. Mistral fue ingresada el pasado 27 de octubre de 2016 en estado muy grave tras sufrir un derrame cerebral y desde entonces ha estado varias veces hospitalizada.