Eva Martínez, la exadministradora del Teatre Principal de Palma, solicitó activar, unos meses antes de dejar su puesto de trabajo, el protocolo de riesgos psicosociales. Según algunas fuentes, la tensión entre ella y el gerente del teatro, Carlos Forteza, era máxima. «Había chillidos y faltas de respeto constantemente. Era un acoso y derribo del día a la noche» entre ambos, dicen algunos trabajadores que no quieren revelar su nombre.
Martínez «tampoco ha sido muy respetuosa con los empleados, aún menos según quién estuviera en el gobierno», explican los mismos trabajadores, pero en estos últimos tiempos «no pudo más con los ataques personales y profesionales », ni «con las dudas que se cernían sobre su gestión». De ahí que a finales de 2016 pusiera los hechos en conocimiento del servicio de prevención, el delegado de prevención de la empresa y la dirección. El protocolo no llegó a activarse, porque se negoció y, finalmente, la empleada salió del Principal en marzo previa indemnización de más de 70.000 euros por una modificación de sus funciones laborales, según se explicó a los medios