Los monumentales candelabros de siete brazos del museo de la Catedral, de plata maciza, que, habitualmente, se exhiben el interior de dos vitrinas en la Sala Capitular del mismo, han viajado a Roma a petición de los Museos Vaticanos. Allí forman parte de la exposición La menora. Culto. Storia e Mito, inaugurada el pasado lunes y que se podrá ver hasta el 23 de julio en uno de los brazos de la basílica de San Pedro.
La exposición recoge «piezas de tipología y cronología variada que representan a la menora, –el candelabro de los siete brazos del Templo de Jerusalem–, datadas desde los primeros siglos hasta la contemporaneidad». Lo explica Catalina Mas, conservadora del patrimonio de la Seu, que viajó a Roma acompañando a las piezas. La muestra ha sido comisariada por Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, y Alessandra Di Castro, también máxima responsable del Museo Ebraico de Roma, y «expresa la voluntad del Vaticano para demostrar la colaboración entre ambos museos y culturas», comentó Mas.
Los candelabros mallorquines, del siglo XVIII y que miden 2,51 x 1,65 cms, «son de las piezas que más destacan, por su tamaño y calidad de la técnica [del labrado]», en un conjunto de obras entre las que «casi no hay orfebrería». España ha contribuido a esta muestra con otras dos piezas, una procedente del Museu d'Història dels Jueus de Girona, una pila bautismal paleocristiana, y del Palacio de Liria, un tejido.