Algunos lectores la reconocerán por su papel de Estela Reynolds en la serie de televisión La que se avecina; otros, por su interpretación, que le valió la nominación al Goya a Mejor Actriz Revelación, en Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999). Pero la carrera de Antonia San Juan (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) va mucho más allá que esas interpretaciones y ha trabajado en gran variedad de obras, tanto en el teatro, en televisión como en la gran pantalla. La actriz y directora recalará en Ciutat el próximo 27 de mayo, en Trui Teatre de Palma, para representar Mi lucha.
La pieza, que se estrenó el pasado 8 de enero de 2016 en el Teatro Guiniguada de Gran Canaria, es el tercer «unipersonal» de San Juan después de Otras Mujeres y Las que faltaban. «El hecho de crear, dirigir y protagonizar una pieza es un formato que inventé hace 30 años», explica. «Esta forma de trabajar me permite superar las modas y los caprichos de la escena actual. Además, no tengo que estar pendiente de si me llaman o no, por lo que me da una independencia laboral, algo que valoro mucho», admite la actriz.
En Mi lucha, San Juan encarna hasta 12 personajes diferentes. «Hay de todo: desde una viuda excéntrica, una hermana gemela o un psicópata», señala. Para esta ardua tarea, la actriz reconoce que no hay secreto ni truco: «Hay que estudiar y echarle horas, es mi trabajo». Por otra parte, en la pieza también se incluyen textos de sus incondicionales Félix Sabroso, Enrique Gallego, Arthur Kopit y Pedro Almodóvar, entre otros. «He ido seleccionando y memorizando los escritos que más me interesaban», relata. «Lo tengo todo en mi cabeza, en la que van apareciendo cosas para, después, rescatarlas según sea conveniente. Siempre apunto todo aquello que me impacta. Es como hacer un poema: cuando se escribe, ya lo tienes montado en la cabeza», compara.
A pesar de que lleva más de un año estrenada, San Juan admite que en las diferentes funciones de Mi lucha mantiene el «80% de pureza» del texto original, con lo que apenas hay diferencias en cada una de las actuaciones. «Intento seguir las marcas y el texto tal y como lo he estudiado, aunque puede que, alguna vez, algún personaje puede estar más suelto, más extrovertido, introvertido o mordaz, depende de la situación, las circunstancias y el público», reconoce.
La lucha a la que se refiere San Juan, admite, es personal. «Mi lucha es la que tengo conmigo misma, con mi formación. En un mundo ignorante, intento no caer en la estupidez. Los que ganan dinero no leen y no se forman y la gente solamente quiere reírse como monos», denuncia.