Saltaron a la fama con canciones como Trabajando en la carretera, Atrapados en el ascensor o Espiando a mi vecina. José Luis Moro y Mario Gil forman Un pingüino en mi ascensor, grupo de pop nacido en los estertores de La Movida que ya acumula 30 años de historia. Este dúo, artífice de letras delirantes e ingeniosas, bañadas en ritmos de casiotone, volverá a divertir a sus fans en un concierto en la sala Urban Club de Palma, este viernes a las 21.00.
José Luis Moro arrancó en solitario el grupo a finales de los 80, sus canciones no tardaron en despuntar, convirtiendo a Un pingüino en mi ascensor en un fenómeno inclasificable, impulsado por un organillo y toneladas de descaro. Su fuerza residía en una colección de ritmos pegadizos, aderezados con una hilarante incorrección política. Sin duda, fueron un cuerpo extraño en aquellos días crepusculares, en los que las bandas totémicas de La Movida comenzaban a batirse en retirada.
En 1989 Mario Gil se sumó al proyecto, llegaba con la vitola de 'ilustre del pop nacional' tras su pasado en bandas como Paraíso y La Mode. Tras un período de altibajos con idas y venidas, regresaron en 2014 con el álbum Sex, drugs and nasal pop y más recientemente han publicado Espantapalomas (2017), un álbum que reinterpreta en castellano y con mucho desparpajo las letras de todos esos hits internacionales de los 80, que bailábamos sin tener ni idea de lo que decían.
Entre la publicación de ambos discos, protagonizaron un divertido encontronazo con una conocida plataforma de música digital, tras descubrir que en la categoría de 'artistas similares' a Un pingüino en mi ascensor se hacía referencia a Ramoncín. Un descubrimiento que inquietó a José Luis y Mario, que se preguntaron en su cuenta de Facebook si podrían «reclamar daños y perjuicios» por esta aleatoria, desde su punto de vista, decisión de la plataforma musical.
Sus seguidores no tardaron a animales a tomar cartas en el asunto. De modo que se pusieron manos a la obra y enviaron una divertidísima misiva a la citada plataforma, firmada por el miembro fundador del dúo madrileño José Luis Moro. Entre las perlas que deja el escrito, destaca la perplejidad que despierta en ellos un sistema que empareja al «gran héroe vallecano y a nuestra pequeña banda». No obstante, sí reconocen una «cierta concordancia en términos etílicos con letras como 'litros de alcohol corren por mis venas, mujer' o 'Arzobispo Makarios, se acabó tu botella de Larios', de Ramoncín». Pero consideran que sería como vincular a «Farmacia de guardia con Breaking Bad porque en las dos hay productos químicos», aducen.
Finalmente, Moro invitaba a la red musical a cambiar sus algoritmos de selección, y así evitar cruces tan desconsiderados. A la par que se encomiendan al altísimo para que no sustituyan a Ramoncín por Kenny G entre sus 'artistas similares', «porque entonces salimos de Málaga y nos metemos en Malagón».