La sede del Museu de Mallorca, en Palma, es popularmente conocida como Ca la Gran Cristiana, pero muy pocos saben el motivo. Por eso, la directora del mismo, Joana Maria Palou, llevaba tiempo madurando la idea de contarlo. Tras la rehabilitación del edificio, llegó el momento y el próximo día 15, a las 19.00, se inaugurará una exposición temporal, integrada en la permanente, de 160 piezas que formaron parte de esa casa señorial que, en el siglo XIX, perteneció a Catalina Tomás Zaforteza i de Togores (1833 - 1912), quien fuera joven viuda de Mariano de Villalonga i de Togores y madre de cinco hijos.
Perteneciente a la nobleza terrateniente, Catalina Zaforteza nació en el seno de una familia que defendía la causa carlista, que ella asumió «y con la que fue muy generosa; como en aquel tiempo a los carlistas se les llamaba cristianos, porque eran muy intransigentes con el tema de la religión», de ahí el sobrenombre de ‘la Gran Cristiana'.
El ambiente en el que vivió esta mujer, que se convirtió en cabeza de familia y en administradora de grandes posesiones pues pertenecía a una de las «casas más importantes de Mallorca», se recreará en las salas del museo mediante pequeños escenarios o vitrinas con objetos de la vida cotidiana, pinturas, tapices, cuadros, documentos, fotografías, vestuario, muebles.
La originalidad la aporta que todas las piezas pertenecieron a Ca la Gran Cristiana. También que estos objetos se expondrán en los lugares que entonces ocuparon en la casa, lo que ha sido posible gracias a la documentación gráfica, tanto del fondo del museo, como de otros archivos. La comisaria resalta como algo muy «especial» que todos estos elementos hayan sido prestados por familias, más que por coleccionistas, que hayan salido de domicilios privados, aunque algunos pertenecen a instituciones públicas. «No podemos vaciar el museo para recrear Ca la Gran Cristiana, pero en el catálogo aparecerán muchas más piezas fotografiadas que las expuestas».