La cinta alemana Toni Erdmann fue la ganadora absoluta en la noche del cine europeo y acaparó los premios más importantes, entre ellos el de mejor filme del año, mientras que la otra gran favorita, la española Julieta, se fue de vacío a pesar de que estaba nominada en tres categorías.
Esta comedia, con guión y dirección de la joven realizadora Maren Ade (39 años), cuenta la lucha de un padre por recuperar el amor de su hija, una ejecutiva agresiva que no encuentra su lugar en la vida.
Además de mejor directora europea de este 2016 -al que también optaba Almodóvar-, Ade se hizo con el galardón al mejor guion, mientras que el protagonista de Toni Erdmann, el austríaco Peter Simonischek, subía a recoger la estatuilla al mejor actor, y su compañera de reparto, Sandra Hüller, hacía lo propio en la categoría de mejor actriz.
Aunque las apuestas apuntaban a que este galardón sería para la francesa Isabelle Huppert por su interpretación en Elle, la apisonadora alemana acabó por imponerse en todas las categorías en que estaba nominada.
Entre los nominados a mejor actriz estaba la pareja española formada por Emma Suárez y Adriana Ugarte, protagonistas de Julieta, que compartían nominación y que finalmente no pudieron compartir un premio al que también optaban Valeria Bruni Tedeschi por Locas de alegría y Trine Dyrholm por La comuna.
En categoría masculina se quedó sin galardón otro español, Javier Cámara, por su papel en Truman, al igual que Hugh Grant, nominado por Florence Foster Jenkins; Dave Johns, por I, Daniel Blake; Burghart Klausner, por The people vs. Fritz Bauer y Rolf Lassgard, por A man called Ove.
En lo que se refiere a mejor película de animación, se cumplieron los pronósticos y ganó la coproducción franco-suiza Ma vie de Courgette (La vida de Calabacín), de Claude Barras.
Fuocoammare (Fuego en el mar), escrito y dirigido por el italiano Gianfranco Rosi, ganó el premio al mejor documental por su relato de la crisis migratoria que vive la isla de Lampedusa.
Otro trabajo reivindicativo, Nueve días: desde mi ventana en Aleppo, de los holandeses Floor van der Meuler y Thomas Vroege, recibió el premio al mejor corto europeo, mientras que el galardón del público al mejor filme fue a parar al polaco Body, de la directora Malgorzata Szumowska.
Y en cuanto a los premios de honor, el de reconocimiento por su carrera fue para el francés Jean-Claude Carrière, guionista por excelencia del realizador aragonés Luis Buñuel, quien recibió el galardón de manos de la actriz española Ángela Molina.
Carrière escribió junto con Buñuel los guiones de obras maestras como Belle de jour o El discreto encanto de la burguesía, lo que convierte a ambos en máximos exponentes del surrealismo cinematográfico.
La gala
Más allá de lo puramente cinematográfico, la gala, presentada por el actor polaco Maciej Stuhr, tuvo un marcado carácter político, con constantes alegatos a Europa y sus valores frente al auge del nacionalismo.
Especialmente significativas fueron las palabras del alcalde de Breslavia, Rafal Dutkiewicz, quien pidió a Europa «que se tome una ducha para limpiarse del nacionalismo que la impregna», un mensaje directo especialmente importante en Polonia, donde gobierna un partido, Ley y Justicia, nacionalista y acusado de euroescépticismo.
En otro mensaje político, en este caso contra la Rusia de Vladimir Putin, una de las miembros del grupo activista Pussy Riot, María Aliójina, subió al escenario para hablar del realizador ucraniano, Oleg Sentsov, autor de filmes como Gamer, condenado a veinte años de prisión acusado de actos terroristas en Crimea.
Incluso el intérprete irlandés Pierce Brosnan, quien recibió esta noche el premio de Honor como homenaje a su compromiso europeo en el cine mundial, fue incapaz de escapar del vendaval político y acabó animando al mundo del cine a «estar ahora más unido que nunca para superar las situaciones que viven los países europeos».
Otro de los protagonistas de la gala, a pesar de haber fallecido el pasado octubre, fue el oscarizado realizador polaco Andrzej Wajda, quien recibió el homenaje póstumo de la Academia Europea.
Y en una gala interminable (más de tres horas), con muchos mensajes políticos y hegemonía alemana, el humor lo puso el actor español Carlos Areces, que presentó el premio a la coproducción europea y que hizo reír al público cuando se quejó de la estrechez de su chaqueta y se comparó con «una salchicha española».