La restauración del voladizo del edificio del Ajuntament de Palma ha revelado algunos secretos. El más importante se refiere a los restos de pintura dorada que han aparecido, de momento en forma de pequeñas ‘manchas', por toda la estructura, pero, especialmente, en la zona izquierda de la misma y como escondidos en recovecos.
Además, en la parte posterior de la estructura que sostiene el alero, de 131 metros cuadrados, se encontraron pequeñas piezas que debieron pertenecer a los obreros que trabajaron en la misma, y un graffiti pintado por uno de ellos.
Respecto a la pintura dorada, de la que se ha enviado a analizar una muestra, se trata de «restos residuales», dice la restauradora Ana Martín, que lleva la dirección del trabajo junto con Alejandro Pajares. «Es una pieza excepcional por el tamaño, de cuatro metros de volada, y por la calidad de la talla», comenta Martín del saledizo.
Los restauradores no se pronuncian sobre el hallazgo del dorado mientras no tengan en sus manos los resultados de la analítica.