La «obsesión» del fotógrafo Toni Catany (Llucmajor, 1942 - Barcelona, 2013) por Venecia, por sus calles, sus canales, sus rincones escondidos y su gastronomía, le llevó a viajar una veintena de ocasiones durante 35 años, desde 1969, a esta pintoresca ciudad de Italia. Ahora, esa admiración, de la que Catany dejó constancia con su cámara, nutre la exposición Toni Catany. Venècia després de la llum, una apuesta de la Fundació Toni Catany. Se inaugura este viernes, a las 20.00 horas, en el Claustre de Sant Bonaventura de Llucmajor.
Una cincuentena de fotografías, un centenar de libros que Catany adquirió en la ciudad de los canales, citas de anotaciones de sus libretas de viaje o instantáneas personales, algunas de ellas «inéditas», conforman Toni Catany. Venècia després de la llum. A partir de todos esos elementos, el espectador podrá recorrer todos esos rincones venecianos y, al mismo tiempo, «ser testigos de su proceso de creación», ya que la muestra no se articula «por orden cronológico», remarca Antoni Garau, comisario de la exposición y director de la Fundació Toni Catany, porque, entre otros aspectos, las diferentes series que se muestran están integradas por fotografías de diferentes épocas.
La luz y, sobre todo, su ausencia, marcan en cierta manera la «evolución» que se aprecia en esta colección de imágenes captadas a lo largo de casi cuatro décadas. También las técnicas, desde «la cámara analógica a la digital».
«Paralizado»
El proyecto del Centre Internacional de Fotografia Toni Catany está «paralizado», según Garau; Miquel Bezares, presidente de la Fundació Toni Catany, y el alcalde de Llucmajor, Jaume Tomàs. «Desde que se firmó el convenio y el protocolo de actuación, no hemos vuelto a tener noticias del Consell, no se ha hecho ninguna inversión», añadieron. Sobre este asunto, el vicepresidente insular de Cultura, Francesc Miralles dijo este martes: «Estamos trabajando en ello, a todos nos gustaría que el proceso fuera más rápido, la Administración funciona de esta manera».