Estopa encandiló en la noche de este miércoles a más de 5.000 espectadores, en una de las citas musicales más esperadas del verano, que devolvió al recinto de Son Fusteret el ambiente de las grandes ocasiones.
Dos clásicos de su repertorio, Cacho a cacho y Vino tinto, rompieron el hielo en los primeros compases, ambos temas esbozan una crónica de la rebeldía y autoafirmación adolescentes.
A continuación sonó Pastillas para dormir, una de las mejores embajadoras de su último disco, 'Rumba a lo desconocido', en la que hurgan en el lado más amargo de las relaciones de pareja.
Espontáneos y humildes, demostraron que su estilo apenas ha cambiado.