En unos días, Paula Serra cambiará las terrazas del Arenal por el escenario de Tomorrowland, el festival de música electrónica más reconocido del mundo, celebrado en Bélgica. Con solo un año de experiencia profesional, la DJ ha conseguido darse a conocer con el dúo que forma junto a su pareja, Two Plug Two. Ganar el concurso Mazda Sounds le permitirá pinchar el próximo sábado en uno de los festivales más esperados del año.
—¿Aspiraba a dedicarse a la música?
—He recibido clases de música desde muy pequeña, pero no con una aspiración profesional. La música electrónica me empezó a gustar a los 16 años cuando viajé a Londres y conocí la parte más underground. Cuando conocí a mi chico, Ramón Riera, que es saxofonista profesional, juntamos su música con lo que yo tenía y empezamos el proyecto. Realmente, al concurso presentamos una sesión de los dos pero voy yo porque soy la DJ.
—¿Cuándo empieza a pinchar profesionalmente?
—En mayo del año pasado, que fue cuando dejé mi trabajo en la hostelería y me arriesgué. Pero no lo hubiera hecho sin las ofertas que me hicieron Iberostar y Melià, porque este es un mundo muy inestable. Desde el año pasado, los únicos ingresos que entran en casa son de la música.
—En su música hay partes originales y canciones de otros artistas.
—Sí, tengo temas con canciones de hace 20 años. Metemos música que nos guste a los dos. Mis sets tienen un poco de todo. No vamos por géneros.
—¿Ha notado que el mundo de los DJ suele ser más masculino?
—Lo noto a diario. Muchas veces, cuando vas a un sitio, te juzgan porque eres una chica y tienes que demostrar que haces música igual que ellos. Aún así, creen que lo has tenido más fácil por ser chica. Pienso que en diez años habrá las mismas mujeres que hombres en cabina.
—¿Cómo recibió la oferta del Free Art Festival?
—Me parece súper interesante, sea cobrando o sin cobrar. Ahora que empieza a tener un poco de nombre, es el momento de apoyar esta clase de proyectos más que nunca.
—¿Qué tal fue la experiencia del concurso?
—El concurso consistió en una prueba de 15 minutos, pero esa era la última fase. Antes de eso, tuvieron que seleccionar una sesión de una hora y media, un vídeo y evaluarnos durante una semana en Barcelona. Para la primera fase, presentaron solicitud 2.400 personas, de éstas seleccionaron 1.450 y luego quedaron 20. De éstos últimos, tres eran españoles. Así que este año soy la única española que va al Tomorrowland y la primera mallorquina.
—¿Cómo lo está viviendo?
—Muy nerviosa. Pero cuando me pongo los cascos algo me invade, me relajo y lo hago bien. Ahora no puedo ni dormir solo de pensarlo, porque ir a Tomorrowland es pasar de pinchar para 1.000 personas a hacerlo para 190.000. No sé qué va a pasar.
—¿Ya tiene seleccionados los temas que va a pinchar?
—Tengo claro que llevaré tech house, pero solo preparo el inicio de la sesión y luego me dejo fluir. No me gusta llevarme las sesiones hechas porqué me da la sensación de que no siento la música.