La actual situación del convento de Santa Elisabet de Palma de monjas jerónimas, conocido popularmente por Sant Jeroni, cerrado desde 2014 y que arrastra un proceso de degradación, da un giro inesperado ante la proposición que Amadip Esment Fundació ha hecho a la comunidad religiosa. Se trata de poner en marcha un proyecto «patrimonial, social, eclesiástico y cultural» a través de la rehabilitación del monasterio, de abrir un museo, una hospedería, un restaurante, recuperar los huertos mediante el cultivo ecológico y mantener en buen estado los jardines, restablecer el culto en la iglesia de Sant Jeroni y facilitar la vuelta de las religiosas a lo que fue su casa durante siglos.
Así lo confirmó a este diario Montse Fuster, presidenta de la veterana entidad que trabaja a favor de la formación de las personas con discapacidad «para darles visibilidad» e integrarlas en la vida laboral, y que ya ha entregado a las monjas un preproyecto.
La iniciativa, de gran envergadura, será posible si cuenta con el «apoyo de las instituciones, el visto bueno de las jerónimas y financiación», señala Fuster, y, según un portavoz de las religiosas, «si el Obispado revierte la inmatriculación que hizo del edificio a su favor» cuando las cinco monjas que en 2014 vivían en Palma se trasladaron a Sant Bartomeu de Inca, de la misma orden, porque el monasterio palmesano «ya era inhabitable».
Objetivos
Amadip Esment Fundació se dirigió hace dos años al Obispado con este proyecto. Fue «de manera informal, pero como no tuvimos respuesta pensamos en acudir directamente a las religiosas», comenta Fuster, «porque creemos que cumple, tanto con nuestros principales objetivos, como con los principios fundacionales de las jerónimas».
Para las jerónimas, «el favorecimiento de un colectivo de personas con discapacidad es algo cien por cien evangélico que se vincula con la doctrina del papa Francisco»; del proyecto también «se valora la apertura del patrimonio histórico a la ciudadanía y el destino de amplios espacios a la exposición de sus bienes artísticos y etnológicos, así como la recuperación del culto en la iglesia de Sant Jeroni».