Hasta 2,5 millones de euros se invirtieron en la rehabilitación de La Llotja, un proyecto que requirió de «un esfuerzo importante» y que permitió recuperar la imagen del edificio original, tal y como la construyó Guillem Sagrera en el siglo XV. En los últimos años, se utilizó fundamentalmente como sala de exposiciones y actos institucionales, aunque los expertos en patrimonio siempre se mostraron a favor de dejar La Llotja vacía por «el valor que tiene en sí misma». El Govern ha decidido cambiar la política respecto a este edificio, impulsando las visitas y aumentando el horario de apertura al público. En los últimos seis meses, más de 100.000 personas han visitado el edificio, una de las mejores construcciones del gótico civil en Europa.
Los actos institucionales abandonan La Llotja, el edificio se abre a todos y los centros educativos también se implican en esta labor de darlo a conocer. Desde la Secretaría de Atención Ciudadana se ha desarrollado una herramienta educativa destinada a alumnos de primaria, unos cuadernos de actividades, ilustrados por el dibujante Rafel Vaquer, que descubrirán a los más pequeños la historia del edificio.
El Govern ofrece también visitas para grupos adultos, que dirige el personal de la propia institución y que se pueden reservar llamando al Consolat o a través del correo consolat@caib.es. Igualmente se han editado unos desplegables que guían el recorrido desde La Llonja hasta el patio, a la capella y al Consolat de Mar. La apertura del jardín ha sido una prioridad y ya se han realizado varios actos en él, como una vermutada, un showcooking y otras visitas organizadas.