Elena Juncosa Vecchierini (Palma, 1975) ha publicado el libro Mas Miró, un oratori per a les Pobles (Editorial Ganzell), sobre la capilla que la familia del pintor mandó construir en la finca de Montoig en 1916.
La historiadora certificó que Miguel Miró Adzerías, el padre del artista, consideró que, además de la comunicación por el interior con la casa, tuviera una puerta hacia el exterior, «porque al distar el Mas cinco kilómetros de Mont-roig, los vecinos payeses podrían acudir allí en los días de oficio», explica la investigadora.
Según ha podido ratificar Juncosa, a la vuelta de su exilio en Francia a causa de la Guerra Civil, y con su reinstalación en la casa solariega, Joan Miró ya encontró el pequeño edificio de la capilla sin uso para oficios religiosos, y a la postre acabaría existiendo tras ella el estudio creativo del pintor.
«Mi intuición me dice que, aunque parezca difícil, sobre Joan Miró todavía hay bastantes cosas por investigar y dar a conocer, y, desde luego, en el caso de su querencia por aquel lugar y sus estancias creativas», afirma Elena Juncosa.