Tras la concurrida apertura del Museu de Mallorca del pasado jueves, la verdadera prueba de fuego para el espacio era aeste viernes, cuando la gente podría visitar la renovada estructura y las rehabilitadas obras por primera vez desde 2009.
Los resultados no podrían haber sido mejores, y más de cien personas cruzaron a lo largo del día el umbral del museo. Sin aglomeraciones, pero con un cuentagotas continuo, los visitantes recorrieron los pasillos del espacio contemplando sus obras. La mayoría de ellos eran, además, público local, según aseguraron desde taquilla.
La muestra, repartida en una quincena de salas, será gratuita hasta el mes de octubre. El recorrido se ha montado en orden cronológico, desde el gótico hasta la Guerra Civil, a través de retablos, pintura, escultura, cerámica, piedra, mobiliario, murales cerámicos y elementos de la fábrica La Roqueta.