El flamenco tiene presencia en los escenarios de Mallorca. La Isla goza de una cantidad de oferta sustanciosa del género, pero carece de una demanda que sea equiparable. Hay artistas, hay espectáculos, pero falta captar público, ayudas institucionales, obtener visibilidad o promoción y espacios que alberguen los conciertos de manera habitual y no esporádica.
La Asociación Flamenco en Red Balear está sacudiendo los cimientos de la escena organizando, de forma regular, actuaciones y festivales. José Murcia, músico y uno de sus impulsores, charla acerca de la situación del flamenco aquí. «El público es una espinita. Sabemos que hay mucho, pero es complicado llegar a él si no haces una muy buena inversión de publicidad».
Hace cuatro años que José Murcia reside en la Isla. Se unió a varios compañeros y gestaron, en 2012, la Asociación Flamenco en Red Balear. «Se estaba ofertando al público un flamenco que no nos convencía, muy comercial y para el turista. Poco serio y profesional», prosigue.
Entre los intérpretes a los que se refiere José Murcia está Gaizka Baena, guitarrista bilbaíno que se instala el periodo estival en la Isla. Este domingo, Baena presenta su segunda entrega discográfica, Nómada, en el Teatre d'Artà, a las 20.30. «Aquí, para estar fuera de lo que es el núcleo, es decir, Madrid, Jerez o Barcelona, hay mucha afición al flamenco. Público y promotores faltan en todos lados», comenta el guitarrista.
Respeto
Hace varios años Baena hizo una gira de teatros junto a varios compañeros y lamenta la escasez de público. Sin embargo, «en cuanto sales de España es una maravilla la aceptación que tiene. Uno lo que tiene no lo valora y tenemos oro, hay mucho arte», sentencia con énfasis.
Oleg Saguine, ucraniano, trabaja como iluminador y colabora con varias agrupaciones teatrales. Desde hace tres veranos pergeña en el Teatre Sans un show de flamenco. El teatro acoge cada miércoles de verano el montaje Una noche por Andalucía, con la bailaora Silvia Fernández La Chispa, como protagonista. «En Mallorca hay mucha oferta, es verdad, pero no siempre es buena. Al flamenco le falta visibilidad», admite.