El palo de selfies, ése artilugio para hacerse autofotos con cámaras y smartphones, no está permitido en los museos de Mallorca. Salvo algunas excepciones, el artefacto, que ya ha sido prohibido en el MOMA (Nueva York), el Louvre parisino o la National Gallery de Londres, no podrá ser utilizado en el interior de estos espacios. El público deberá depositarlo en taquilla junto con otros accesorios como paraguas o mochilas. «No es posible acceder a Es Baluard con cualquier tipo de artefacto extensible que pueda dañar las obras», comentan desde el museo.
En la taquilla de la Fundació Pilar i Joan Miró tampoco han observado a ningún usuario que haga uso de este gadget. «Todavía no han llegado visitantes que lo utilicen, pero desde seguridad no les dejarían entrar con él».
El museo de la Fundación Juan March no ha recibido ninguna instrucción desde Madrid para impedir la entrada de los palos para selfies. «No hemos tenido ningún problema, de momento», comunican. Desde la capital aseguran que no tienen pensado vetar esta especie de antena o extensión de los cuerpos de los usuarios de móviles y cámaras fotográficas. El museo Can Prunera de Sóller aún no se ha posicionado al respecto y, actualmente, según indica una portavoz, está permitida la entrada de este artefacto. «Todavía no hemos visto a nadie con ellos y tampoco nos hemos planteado si prohibirlos o no».
Según relatan en Caixafòrum (Ciutat), no se admite la entrada de los accesorios para autofotos ni sacar imágenes en las salas de la exposición actual, que es del fotógrafo Sebastião Salgado.