En unos Oscar que no pasarán precisamente al recuerdo por la brillantez del humor de Neil Patrick Harris, fueron los propios ganadores quienes dieron un paso al frente con reivindicaciones sociales que pusieron la emoción y el nervio de las que adoleció la ceremonia.
Alejandro González Iñárritu, el gran triunfador de la 87 edición de los premios de la Academia de Hollywood, quiso dedicar el Óscar de «Birdman» como mejor película a sus compatriotas mexicanos, a un lado y al otro de la frontera estadounidense.
«A los que viven en México, rezo por que podamos construir el Gobierno que nos merecemos», indicó el realizador, de 51 años, sobre el escenario del Teatro Dolby.
«Y quienes viven en este país (EEUU), rezo por que sean tratados con la misma dignidad y respeto que aquellos que vinieron anteriormente y construyeron esta increíble nación de inmigrantes», apostilló.
Sean Penn, el encargado de entregar el galardón a Iñárritu, abrió el sobre y lanzó un exabrupto: ¿"Quién le dio a este cabrón ('son of a bitch') la tarjeta de residencia ('green card')?».
Sin embargo, la primera persona en poner en pie de guerra figurado al patio de butacas fue Patricia Arquette con un discurso por la igualdad de derechos para la mujer.
«A todas las mujeres que han dado a luz, pagan sus impuestos y son ciudadanas de esta nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás», indicó la ganadora del Óscar a la mejor actriz de reparto por «Boyhood».
«Es el momento de tener el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos», añadió de forma apasionada la artista.
Sus palabras fueron acogidas con una gran ovación, en especial de compañeras de profesión como Meryl Streep -cuyos apasionados gestos encontraron rápido eco en las redes sociales- y Jennifer López.
Lágrimas provocaron las palabras, tan medidas como cautivadoras, del rapero Common tras hacerse con el premio a la mejor canción por «Glory», del filme «Selma», sobre la vida del activista Martin Luther King.
Common hizo alusión al puente de la localidad de Selma que King recorrió durante su célebre marcha contra la discriminación racial y al que recientemente acudió para actuar en compañía de John Legend.
«Ese puente fue un símbolo de una nación dividida, pero ahora es el símbolo del cambio. El espíritu de este puente trasciende la raza, el género, la religión, la orientación sexual y el estatus social», exclamó el artista. «Este puente se construyó sobre esperanza, se soldó con compasión y se elevó con el amor de todos los seres humanos», subrayó.
Las cámaras recogieron los rostros sobrecogidos de Oprah Winfrey, David Oyelowo y Chris Pine, entre otros.
El clímax llegó con el Óscar de Graham Moore, reconocido homosexual, por el guión adaptado de «The Imitation Game». «Traté de suicidarme con 16 años y ahora estoy aquí», dijo a medio camino entre la emoción y el sollozo. «Quiero aprovechar este momento para dirigirme a ese niño ahí afuera que siente que no encaja en ninguna parte. Sí encajas. Sigue siendo raro. Sigue siendo diferente, y entonces, cuando sea tu turno y estés en mi lugar, pasa el mensaje», manifestó.
Además, Eddie Redmayne y Julianne Moore dedicaron sus estatuillas a los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica y de Alzheimer, respectivamente.
Esos fueron los grandes momentos de una velada donde destacó la actuación de Lady Gaga, que rindió homenaje a «The Sound of Music» en su 50 aniversario con la presencia incluida de Julie Andrews, y del propio Harris al comienzo de la gala con «Moving Pictures», un número musical de lo más atractivo visualmente donde contó con la colaboración de Anna Kendrick y Jack Black.
Además de la actuación de Common y Legend, también aparecieron Adam Levine ("Lost Stars», de la película «Begin Again"); Rita Ora ("Grateful», del filme «Beyond the Lights"), Tim McGraw ("I'm Not Gonna Miss You», de la obra «Glen Campbell... I'll Be Me") y Tegan & Sara junto con The Lonely Island ("Everything is Awesome», el tema principal de «The Lego Movie").
Harris no dispuso de mucho tiempo para brillar como maestro de ceremonias y, tras un par de comentarios certeros sobre la falta de pluralidad entre los nominados, brilló con una imitación de «Birdman» con la que recorrió en calzoncillos los pasillos del Teatro Dolby. Al final, él mismo tuvo claro que el Óscar hablaba español y se despidió con la frase: «Buenas noches, everyone!».