Mientras la gente seguía acudiendo a la nave del polígono Can Valero de Palma, donde la Editorial Moll vende su fondo al 50%, Francesc Moll está a la espera de que se pueda crear «una asociación o una fundación sin ánimo de lucro» que, una vez cerrada la empresa, «siguiera adelante con la actividad editorial manteniendo el mismo espíritu» con el que los Moll han ha trabajado durante 80 años.
Por ese motivo, en el acuerdo de adquisición de libros firmado ayer por los Moll y la Conselleria de Cultura del Govern, ha quedado en el aire la compra de derechos de edición de las obras fundamentales de la lengua catalana editadas por Moll, como, por ejemplo, las rondalles o el Diccionari catalá - valencià - balear, que había propuesto el Govern como «un servicio público», según fuentes del Ejecutivo, y con una comisión en la que estarían la familia Moll y la Universitat, entre otros, para supervisar quién y cómo editaría esos textos.
Aunque este miércoles el editor no descartaba nada, parece que prefiere la opción privada. Por otra parte, el Govern cede un espacio en el cuartel de Son Tous para que Moll guarde allí su fondo, puesto que el viernes tiene que abandonar la nave que ocupa en Can Valero. Precisamente, como el traslado de libros debe comenzar, el editor pedía que los interesados en conseguirlos a mitad de precio acudan a Llibres Mallorca, local aún abierto.
En el compromiso al que llegó con el Govern figura que la editorial cederá el archivo histórico de la misma al Arxiu del Regne. Y entre los nuevos títulos que llegarán a las bibliotecas destacan, entre otros, las rondalles d'en Jordi d'es Racó o las obras completas de Maria Antònia Salvà, Francesc de Borja Moll o Pere Capellà, entre otros.