El Archivo del Reino de Mallorca, el mayor centro documental histórico de Baleares, ha abierto este jueves su nueva sede tras cuatro años de obras y equipamiento de las instalaciones con un coste de casi 16 millones de euros sufragado por el Ministerio de Cultura y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
El presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, y el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, han inaugurado formalmente esta tarde las instalaciones situadas en la calle Ramon Llull de Palma, donde estaba la antigua sede de la Casa de Cultura, de la que se ha conservado la fachada.
En presencia de otras autoridades regionales como la presidenta del Parlament, Margalida Durán, la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom, y la consellera de Educación y Cultura, Núria Riera, Lassalle ha destacado que el edificio es la prueba de que, «a pesar de las dificultades, las infraestructuras siguen completándose».
El presidente Bauzá, que ha rememorado sus visitas a la antigua Casa de Cultura cuando estudiaba en el vecino colegio de Sant Francesc, ha resaltado que la inversión en el nuevo archivo es una «declaración de principios» que refleja la voluntad de «modernizar» Balears.
El Archivo del Reino de Mallorca conserva documentación de las antiguas instituciones mallorquinas desde el siglo XIII y tiene la condición de depósito general histórico de Balears, por lo que recoge también cuantiosa documentación institucional contemporánea.
Guarda en la actualidad 20.000 volúmenes que se ampliarán con la incorporación de nuevos documentos como todos los registros notariales de Mallorca, que ya están recogidos hasta 1960 y que se ampliarán paulatinamente con las generadas desde ese año.
Así lo ha explicado el director del Archivo, Ricard Urgell, en la presentación previa a la inauguración que ha abierto el arquitecto responsable del proyecto, Sergio de Miguel, quien ha dado cuenta de las principales características de una instalación de 6.360 metros cuadrados construidos.
El corazón del inmueble es el depósito documental, que dispone de 22 kilómetros lineales de estanterías de las que están ocupados o reservados 10 kilómetros, ha detallado Urgell.
«Es un edificio de presente, pero también de futuro», que «está abierto al ingreso de toda la documentación de instituciones del Estado», además de otros archivos públicos o privados de interés, ha señalado Urgell.