Coincidieron sobre las tablas del Teatre Principal con motivo del ballet Don Quijote el pasado mayo. Él la invitó a un café y se declaró. Fue correspondido. Ahora que viven juntos ella le ayuda a aprender castellano y a pulir su inglés. Él le enseña árabe. Son los bailarines Laura Álvarez y Hazem Zakaria, pareja también, fuera de la tarima. Como Miguel Rodríguez y Adriana Barrabés. O como Laura Macías y Gavin de Paor. Están comprometidos encima y fuera de los escenarios y coinciden en el reparto del ballet Cascanueces, reposición que se representa en el Principal del 5 al 7 de diciembre.
Hazem Zakaria, natural de Egipto, residía en Barcelona hasta que conoció a Laura Álvarez. Entonces cambió la Ciudad Condal por Mallorca. «En mi país apoyan la danza, hay subvenciones. Creo que el problema es que aquí falta apoyo. Y nosotros tratamos de promoverla desde la asociación Baleart Music», explica quien encarna al rey ratón en la obra.
La parte personal debe quedarse en el vestuario. Encerrada en una taquilla. Aunque no siempre es sencillo. Es la filosofía de Gavin de Paor, quien dirige junto a su mujer, Laura Macías, el Cascanueces. «Trabajar con tu pareja es un arte. Tiene cosas positivas como que nos vemos mucho. Pero también negativas, que es vernos mucho», bromea.
El discurso de Miguel Rodríguez, bailarín cubano, es semejante al de Gavin de Paor. «Separar el trabajo del amor no es fácil», incide. Lleva seis años con su novia, Adriana Barrabés, y considera que su convivencia durante el un espectáculo es «como ver una película de Disney».
Ensayan de martes a domingo, desde las 10.00 hasta las 17.00. «Es una obra más fuerte a nivel técnico que Don Quijote», sostiene Rodríguez.