Pere Quetglas ‘Xam' es recordado como un artista que en los años 50 del pasado siglo introdujo nuevos lenguajes en la pintura local, pero sus inicios fueron en la ilustración y en la obra gráfica, en la que desarrolló una intensa carrera, destacando en el manejo de la xilografía. Su nieto, Alejandro Ysasi, historiador del arte, ha investigado en su faceta de grabador y el resultado ha sido una tesis doctoral, dirigida por la catedrática Catalina Cantarellas, que leyó a principios de verano bajo el título La obra gráfica de Pedro Quetglas Ferrer ‘Xam' (1915 - 2001). La riqueza de un patrimonio, en la que da cuenta de la inmensa labor del artista en este terreno y desvela aspectos desconocidos. Hoy, en el mes en el que ‘Xam' hubiera celebrado su 99 cumpleaños, la iglesia de El Terreno acoge a las 19.00 la inauguración de una exposición de su obra como aperitivo de los actos que la familia quiere impulsar para el centenario, en 2015.
—¿Por qué escogió para su tesis doctoral la faceta de ‘Xam' como grabador?
—'Xam' era mi abuelo. Desde 1991 fui a su estudio a ayudarle, primero a quitar el polvo, después a ordenar libros, limpiar sus pinceles y, finalmente, a colaborar con él. Una de las veces que escudriñaba sus papeles encontré una caja llena de exlibris. Allí entró directamente en vena mi pasión por el grabado.
—¿Qué importancia tiene la obra gráfica en su legado?
—Tiene un peso más que considerable. Inicialmente, le sirve para poder vivir del arte desarrollando su labor de ilustrador. Si nos centramos en los años cincuenta en que trabaja la xilografía, por ejemplo, se le premia a nivel internacional, demostrando que no tendrá parangón en la Isla y ello le situará en la cima junto a otros grabadores españoles. Llegado a ese punto, abandona paulatinamente la xilografía y se lanza a la pintura.
—¿Qué aspectos destacaría del ‘Xam' grabador?
—El fundamental es que aportó un lenguaje personal, un mundo propio gestado en la imaginación, influenciado directamente por Joan Miró, -a quien admiró desde 1934 cuando le conoció tras la publicación de un número dedicado al arte del siglo veinte de la revista D'Ací i d'Allà, y controlado por el intelecto. En su obra se advierte que investigó la tradición del boj.
—‘Xam' participó en varias iniciativas editoriales.
—Desde los años treinta trabaja en el grabado xilográfico. Al no existir un mercado editorial isleño tuvo que trabajar ilustrando obras como Llepolies i joguines, de Maria Antònia Salvà. En 1946 se realiza en Palma la Exposición de Grabado Español Contemporáneo, que le servirá de revulsivo para intentar promover la autonomía del grabado, cosa harto difícil sin mercado. Volvió por ello a las editoriales, y junto a Julio Sanmartín crean R.O.D.A., acrónimo de Reedición de Obras de Ayer, publicando e ilustrando con sus xilografías a Cortada, Miguel de los Santos Oliver, y la Obra Poètica de Bartomeu Rosselló-Pòrcel en 1949, entre otras. En 1951, junto al poeta Rafael Jaume, edita e ilustra la revista de poesía Dabo, llegando a publicar 16 números hasta 1960 con textos de Ramón Gómez de la Serna, Camilo José Cela, Carlos Edmundo de Ory, Cristóbal Serra, Blai Bonet y otros. También publicaron libros de poesía ilustrados por el propio ‘Xam'.
—¿Aportó algo personal a la forma de trabajar el grabado?
—En la xilografía introdujo la modernidad y el aspecto creativo frente al carácter más tradicional y popular, no entiende el grabado como una simple reproducción, al igual que sucede en su concepción artística. Siempre crea su obra siguiendo unos postulados que muestren con pasión el arte de su tiempo.
—Como le sucedía a Miró, ¿creía ‘Xam' que el grabado era una forma de socializar el arte?
—Creo que puedo afirmar que sí entendía el grabado como una manera de socializar el arte. Intentó llegar a un público muy amplio, incluso montar Estampa Popular [grupo de artistas plásticos antifranquistas] en las Islas, sin éxito. Ese amor que sentía hacia el grabado le acompañó hasta 2001, año de su última litografía y de su fallecimiento.
—¿Queda algo por investigar sobre este artista?
—'Xam' ha sido estudiado por diferentes especialistas, aunque por desgracia falta catalogar toda su obra, labor que voy haciendo poco a poco. Ello significa que se desconoce profundamente su trabajo. Faltan las caricaturas, los carteles, sus dibujos, pinturas y escritos. Tras una puesta en valor se podrá entender su obra fuera de la crítica politizada y combativa que recibió en los años 70 por parte de algún crítico, mostrando la gran importancia de este artista al abarcar con una gran calidad múltiples técnicas y expresiones artísticas durante gran parte del siglo XX, siguiendo una creencia: ser fiel a sí mismo.