Tras una discreta puerta cercana a la plaza de Montuïri, y resguardado del sofocante calor tras sus gruesos muros, se esconde un pequeño teatro. Allí ensaya el reparto de O, la adaptación de la original Otelo de Shakespeare, que se estrenará hoy a las 22.00 horas en Can Alcover (Palma), y ha sido preparada por Corcada Teatre en el marco del festival Jardí Desolat.
Desprovistos por un día de su director, Joan Fullana, abren las ventanas para dejar pasar los rayos de sol y empiezan a escenificar algunas de las escenas más relevantes de O .
«Adaptar un clásico de Shakespeare siempre es un reto. Su obra es casi un resumen de la historia del teatro», revela Joan Torres, segundo director del proyecto. «Hacía tiempo que queríamos atrevernos y hemos aprovechado que Jardí Desolat celebra el 450 aniversario del nacimiento del autor». Ante una obra de este calibre, la compañía se encontró con dificultades añadidas a la hora de extraer su propia versión de la historia: «Tienes que elegir con lo que te quedas y lo que descartas, no solo de texto, sino también de temas. Hemos hecho una interpretación muy libre, sintetizando muchos de los conceptos pero añadiendo capas a los personajes. En definitiva, hemos tomado las bases de Shakespeare y tirado de sus hilos hasta llegar a un punto diferente», explica el director.
Los personajes principales están encarnados por Caterina Alorda, que interpreta a Iago, Albert Mèlich, a Otel·lo, Maria Bauçà, a Cassio, y Mercè Sancho de la Jordana, a Desdèmona. Para los actores ha sido un proceso muy diferente al habitual, ya que la creación de la obra se ha hecho de forma participativa. Dos de las variaciones más destacables son los cambios de sexo de los personajes de Iago y Cassio, convertidos ahora en mujeres. «Que Cassio sea una mujer difumina mucho el triángulo amoroso», señala Maria Bauçà, «Todo está pensado para que el público no descubra nada hasta el final». «Hemos tenido que buscar un lenguaje actual para la obra, a pesar de que la ventaja de clásicos como éste es que continúan vigentes», comenta Caterina Alorda.
Para Mercè Sancho de la Jordana el cambio más destacado de su personaje es «el hecho de que sea más pasional y se sienta atraida por la violencia. Aunque ingenua, será capaz de decir basta, al contrario que en la obra original». Albert Mèlich interpreta al personaje que se ha mantenido «más fiel» a lo escrito por el dramaturgo inglés. «El proceso que realiza es el mismo», asegura el actor.