Reputado escritor y periodista, reconocido con galardones como el Premi Sant Jordi o el 31 de Desembre de la Obra Cultural Balear (OCB), Vicenç Villatoro (Barcelona, 1957) tomó las riendas del Institut Ramon Llull (IRL) el 31 de enero de 2011 para proyectar internacionalmente la cultura y la lengua catalanas. Fue en octubre de 2013 cuando Villatoro decidió dejar el cargo y seguir el camino de la creación literaria. El exdirector del IRL visitó ayer Palma para impartir una conferencia en Can Alcover sobre, precisamente, la proyección internacional de la cultura y la lengua catalanas.
—Dejó el IRL para retomar su faceta literaria. ¿Cómo progresa ese regreso a la creación?
—Lo dejé por un proyecto narrativo de urgencia vital; también por la coyuntura del caso catalán, ya que, como periodista, quería escribir e ir a tertulias y desde un cargo público era impensable. El libro saldrá en septiembre. Es narrativa pero no estrictamente una novela. Cuento una historia real, la emigración de mi abuelo andaluz a Catalunya en los años 50.
—¿Qué balance hace de su paso por el IRL?
—Los objetivos que nos marcamos, aunque con menos recursos, se cumplieron. La presencia de Miró en Nueva York y Washington, las bienales de arte y arquitectura... La máxima satisfacción y mi mayor desilusión en el IRL tuvieron que ver con Balears: que las Islas se quedasen en IRL durante un año a pesar del cambio del Govern, y su posterior salida.
—¿Por qué es importante la proyección exterior?
—Para una cultura y una comunidad es importante proyectarse hacia fuera para conseguir una dignificación, porque la industria y el talento del país necesita el mercado exterior para mantenerse, el interior no es suficiente para alimentar la musculatura de nuestro tejido cultural.
—¿A pesar de que ciertos sectores no apuesten por esa cultura propia?
—Una cultura necesita la complicidad de un Estado que apueste por ella, y durante cien años la cultura en catalán ha creído que este Estado puede ser España. Si no lo es habrá que buscar otras estructuras.
—¿Votará en las próximas elecciones europeas?
—Sí, y muy convencido.