Acompañado por Marta Elka y una treintena de músicos dirigidos por Miquel Àngel Aguiló, Jaime Anglada interpretó ayer en Binissalem su Temposinfónico, una cuidada selección de temas previamente arreglados por el propio Aguiló y por Toni Cuenca.
El concierto era una iniciativa de la Denominació d'Origen Binissalem y se enmarcó dentro de los actos de los Wine Days, evento que busca promocionar el enoturismo en la comarca del Raiguer. Los fondos recaudados con la actuación se donarán a la asociación Amics de la Infància y financiarán los Hogares Aynewasi, en Perú, para niños que viven en la calle.
Resaltar también el escenario en el que tuvo lugar el concierto: la iglesia de Nostra Senyora de Robines de Binissalem, templo cuyos acabados arquitectónicos –la reconocida piedra binissalemera– hasta merecieron los elogios de Gaspar Melchor de Jovellanos. El espectáculo arrancó con Cridaré el teu nom, tema que interpretaron Anglada a la guitarra, Aguiló al violoncelo y Elka al violín. Siguieron Per sempre y Besades de vida. Entonces Aguiló y Elka dejaron sus instrumentos, el resto de músicos se incorporó al escenario y Anglada apretó el modo eléctrico. En esta parte de la actuación, el público recibió con especial fervor Palabras que nunca te he dicho, Todo lo que puedo dar y Dulce Jimena. Ya en los bises sonó Navegando solo, otro de los temas más celebrados de Anglada. La relación entre Anglada y el auditorio –entre el que se hallaban los alcaldes de Binissalem y Santa Maria y la presidenta de la Denominació d'Origen–, muy fluida, fue otro atractivo de la velada.