Todo comenzó hace más de tres décadas con el corto casero Cómo cocinar un Cristo para dos personas. Esta cinta rodada en súper 8 supuso la detención del cantante Javier Krahe (Madrid, 1944) acusado de «injurias a la religión católica». Era un momento convulso, y para capear el temporal, Krahe se sirvió de su música, satírica e irónica, para narrar su historia, que se inició con Valle de lágrimas (1980) o hitos como La Mandrágora, LP que registró junto a su amigo Joaquín Sabina y Alberto Pérez. Ese relato, 14 discos después, continúa. Javier Krahe presentó ayer en CineCiutat el documental Esta no es la vida privada de Javier Krahe y este fin de semana ofrecerá tres conciertos en la sala Harlem del Molinar.
—Un documental sobre su vida, pero con un título contradictorio: Esta no es la vida privada de Javier Krahe. ¿Cómo surgió la idea de rodarlo?
—Fue una idea de sus realizadores. Tiene maneras de road movie, se grabó de aquí para allá, con testimonios de amigos... Sobre el título, fue porque me dijeron que habían entrevistado a mi hermana y yo dije que no, que ‘esta no es la vida privada de Javier Krahe'. De ahí surgió todo...
—La sátira y la ironía son la marca de la casa de su música. ¿Cómo mantiene viva esa esencia después de tantos años?
—No me lo propongo, soy así desde que era niño. Antes se manejaba muchísimo más la ironía, y justo ahora es muy necesaria, junto a la sátira, para soportar todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
—¿Qué le sigue motivando para crear sus canciones?
—Es un empeño personal, es un vicio. El vicio es lo que me sigue empujando a escribir; antes lo hacía por los derechos de autor, pero eso sí que ha cambiado mucho...
—¿Qué recuerda de la época de La Mandrágora?
—Fue una juerga continua durante cuatro años, de la mañana a la noche... Teníamos energía de sobra y ganas de divertirnos y hacer música, y vaya si lo hicimos.
—En una de sus canciones se manifiesta a favor del 15-M. ¿Le recuerdan estos movimientos sociales a la época en la que usted empezó a hacer música?
—No me lo recuerda para nada, en realidad. Estoy de acuerdo en todo lo que representa y entiendo sus motivos. No me rememora a nada porque antes todo estaba impregnado de erotismo.
—Las políticas de Mariano Rajoy están dando mucho que hablar. ¿Simpatiza con su persona?
—Mariano Rajoy me parece bazofia, un tipo que no ha asimilado la idea mínima de la democracia. Eso sí, también me parecían bazofia los que gobernaban antes...
—Sobre el referéndum de Catalunya, ¿sí o no?
—Un referéndum me parece bien, pero detrás de Artur Mas no iría a ningún sitio, me produce total rechazo. Todo esto me parece ‘politiqueos' de él, y él no puede ser el Mesías de los catalanes.