Ocho días después de la entrada en funcionamiento del nuevo organigrama del Teatre Principal de Palma -que supuso la amortización de once plazas de trabajo, la creación de dos puestos de confianza y el despido de nueve empleados en febrero de 2012-, el teatro contrató a dos personas para cubrir, mediante contratos artísticos, las tareas de sastrería. Dicho perfil había desaparecido con la reestructuración de la plantilla.
Los contratos están vinculados a las producciones del Principal, tienen una duración de entre tres y cinco meses a tiempo completo, y se han ido repitiendo desde marzo de 2012. De este modo, aquella colaboración que se inició para la temporada de ópera de hace dos años se ha mantenido en el tiempo con contratos continuados y el teatro ha dispuesto siempre de este servicio a excepción, fundamentalmente, de los meses de verano y el período de Navidad. Además, según reflejan algunos programas de mano, dicho servicio se refuerza en algunos momentos con una o dos personas más.
Según documentación a la que ha tenido acceso este periódico, estos contratos conceden retribuciones brutas muy superiores a las que tenía asignada la plaza extinguida por el nuevo equipo del Teatre Principal. Dado el tipo de contrato, el coste estas nuevas contrataciones no pasa por la partida de personal -está integrado en el presupuesto de cada producción- ni está sujeto al reglamento de contratación de 2009, aprobado por la propia empresa tras una inspección de trabajo que obligaba a regularizar la contratación de toda la plantilla al detectarse un fraude de ley masivo.
Por su naturaleza, tampoco tienen que ajustarse al acuerdo colectivo. La pasada semana, en un comunicado de prensa, UGT dejaba entrever que el Principal estaba contratando personal o externalizando servicios tras el ajuste de personal, un asunto que han denunciado también los trabajadores despedidos.