Antonina Canyelles (Palma, 1942) protagonizó el miércoles un recital poético en el Bar Horiginal de Barcelona. La escritora, que acaba de publicar La duna i la cascada (Edicions 62), se encontró con una sala repleta de espectadores y leyó sus poemas corrosivos, siempre llenos de ironía.
Al acabar el recital, la autora fue reclamada por el público y tuvo que prolongar su actuación con una segunda parte casi tan extensa como la primera, en la que recurrió a la lectura de algunos de los versos publicados en la antología Putes i consentits (Lapislàtzuli Edicions, 2011). «Ha sido una sorpresa muy agradable, además es un público receptivo, adicto a la poesía», declaró Canyelles.
En los poemas de Antonina Canyelles destaca el humor como elemento relajador de tensiones propias de la vida. «Es un humor con segundas intenciones», aclaró Canyelles, quien aseguró que «escribo de forma espontánea pero lo que busco es la complicidad del lector, más que lectores me interesan los cómplices».
En el recital, la poeta justificó con sarcasmo que «mis poemas son muy cortos, lo siento, no doy para más». En ocasiones los versos se podrían calificar de aforismos sobre la condición humana y aprovechan, en pocas palabras, para incidir en la crítica social, personal y colectiva. La acción de la política y el sentido de la vida ocupan lugares preferentes en las reflexiones de la escritora.
Dramático
«Estoy reescribiendo los poemas de un nuevo poemario que será un libro más dramático», avanzó Canyelles, que presentará La duna i la cascada el 18 de marzo en la Biblioteca Cas Metge Rei de Santa Maria del Camí. En la actuación de Barcelona, entre el público, la autora estuvo acompañada por el dramaturgo Albert Mestres, prologuista de Putes i consentits, o escritores como Marta Pessarrodona.