A los cinco años, cuando desembarcaba en Mallorca procedente de Inglaterra, el artista James Lambourne (Londres, 1956) traía consigo una piedra en el bolsillo recogida del camino que lleva hasta su casa. Era un gesto instintivo, inicio de un afán coleccionista, de recolecta. Sa Marina de Valldemossa, la montaña de Randa o s'Albufera de Alcúdia son algunos de los parajes ligados a su trayectoria artística que desemboca, ahora, en la exposición Fragments, en la Planta Noble del Casal Solleric de Palma, que se inaugura hoy, a las 20.00 horas.
En la muestra, el artista recrea parte de su estudio de Alaró y durante el periodo que esté abierta al público, ocasionalmente, Lambourne elaborará alguna de sus piezas.
«Siempre es una controversia, un dilema, trasladar mi relación con la naturaleza a un espacio interior», sostiene el artista, «contento» con el resultado expositivo, que cuenta con reminiscencias a figuras como Nelson Mandela, Joan Miró o Chopin.
Las piedras, colocadas en circunferencias, remitiendo al principio sin fin, son omnipresentes a lo largo de la exhibición. También incluye «objetos de todo tipo encontrados en el mar y la montaña».
Fragments
, además de pintura, escultura y grabado, acoge creaciones realizadas en colaboración con el fotógrafo René Gonkel, imágenes de instalaciones efímeras, espontáneas, elaboradas junto a Gonkel.