Lejos quedan ya aquellas veladas donde el mejor vino 'corría' por el patio del Casal Solleric de Palma bajo la atmósfera que únicamente crea la delicada música de jazz, para poner el broche de oro a una noche de premios y muchas alegrías. La de ayer fue más austera y adaptada a los tiempos de crisis que corren, como viene siendo habitual en los últimos años. No hubo vino, ni canapés, ni jazz. A pesar de ello, los asisentes pudieron disfrutar de una copa de cava y 'picoteo' tras el recorrido por las obras finalistas del Premi Ciutat de Palma Antoni Gelabert d'Arts Visuals y, sobre todo, la visita al proyecto ganador, en esta ocasión obra del artista cubano Levi Horta, residente en Barcelona.
Las autoridades pertinentes, que llegaron con más de media hora de retraso -para el descontento de los que allí aguardaban- y con el alcade Mateo Isern a la cabeza junto al regidor de Cultura, Fernando Gilet, acompañaron a Pilar Ribal, directora del Solleric, y otros políticos de Cort y del Consell por las salas donde se exhiben los trabajos finalistas del galardón artístico de los premios, como el de Ian Waelder, que con tan solo 20 años obtuvo una mención especial del jurado, como bien destacó Ribal ante los presentes.
Poco después, la masa de gente llegó hasta la propuesta ganadora, Creación política 2010-2013 , de Levi Horta, quien destacó los aspectos más significativos de su trabajo a las autoridades. Su obra gira en torno a cómo «muchos grandes mandatarios de la historia de la política se dedicaron a la producción artística tras su etapa de poder, o incluso durante ella».
Una anécdota: cuando llegó la hora de brindar con una copa de cava, muchos de los políticos se habían 'escapado' ya del Solleric. La noche se hizo larga.