La Guerra Civil truncó la carrera literaria y periodística del escritor y traductor Mario Verdaguer (Maó, 1885 - Barcelona, 1963), un intelectual que había despuntado en la Barcelona de la primera mitad de siglo, donde se codeaba con Picasso, Dalí, Stravinsky o Antonio Machado, entre muchos otros.
Tras el estallido de la contienda, y pasar preso nueve meses en Montjuic, regresó a Palma, donde había vivido en su infancia, se refugió en un trabajo rutinario y pasó años sin publicar. Autor de novelas, guiones cinematográficos, dramaturgo, crítico literario, traductor de La montaña mágica de Thomas Mann, aficionado a la pintura y la música, fue un intelectual «polifacético» de quien su familia palmesana rescata su memoria, en el cincuenta aniversario de su muerte, con un programa de actividades. Lo cuenta su nieto, Carlos Ponseti, depositario de su legado, quien cree que Mario Verdaguer ha sido más reconocido en Catalunya o en Menorca que en Mallorca, a pesar de que a esta tierra dedicó libros como Un verano en Mallorca o La ciudad desvanecida , «una crónica de su infancia en Palma». Ponseti señala que como persona era «discreto, tímido y humilde» y que como escritor su obra «fue vanguardista».
Los actos de homenaje arrancan el próximo día 21 con una conferencia de Lluïsa Calafat Ponseti sobre su biografía, que será en la Biblioteca de Cort a las 20.00. El 28 de noviembre y el 3 de diciembre se han organizado recorridos guiados por los escenarios de La ciudad desvanecida y el 15 de enero, a las 20.00, en CineCiutat se proyectará el documental La ciutat desvaïda , de La Perifèrica.
Además, en diciembre se presentará una edición ampliada, con 21 capítulos inéditos y dibujos originales del autor, de La ciudad desvanecida , con prólogo de Josep Carlos Llop.