La actriz madrileña Amparo Soler Leal, fallecida hoy en Barcelona a los 80 años, fue la sublime intérprete de la España que retrató Luis García Berlanga en sus películas, una actriz de comicidad elegante y contenida y de un dramatismo que plasmó en papeles memorables en el teatro.
La artista, hija de los actores Salvador Soler Marí y Milagros Leal, comenzó a trabajar con ellos en el teatro cuando aún no había terminado el bachillerato, en la obra de Antonio y Alfonso Paso «No me mientas tanto» (1954).
Después intervino en obras clásicas y modernas bajo la dirección de Luis Escobar y obtuvo su primer gran éxito en el Teatro Nacional María Guerrero con «Historias de una casa», de Joaquín Calvo Sotelo. Creó su propia compañía, con la que interpretó, sobre todo, a Chejov y después formó el grupo Teatro Realista.
Debutó en el cine en 1953 en Así es Madrid», de Luis Marquina, y en 1960 José María Forqué le dio un «papelito» en «Usted puede ser un asesino» con el que logró el Premio Nacional de Interpretación.
Después, mientras representaba «El caballo desvanecido», comedia de Françoise Sagan, cayó enferma y tuvo que ser operada de una otitis que se le complicó.
Tuvo que abandonar toda actividad profesional y a la vuelta, en 1972, compaginó el cine y el teatro, aunque, a partir de 1976, su actividad se restringió durante varios años al cine.
Entre sus éxitos en el teatro destacan «Vestir al desnudo», «La zapatera prodigiosa», «Las buenas personas», «La gaviota», «Ondina», por la que recibió en 1959, de nuevo, el Premio Nacional de Interpretación, y «¡Ay, infeliz de la que nace hermosa!» (1967), galardonada con la Medalla de Oro de la Fundación María Rolland.
En cine trabajó a las órdenes de Luis García Berlanga en «Plácido» (1961), luego protagonizó con María Luisa Ponte la película «Amador» (1964), que fue censurada, y apareció en «El dulce encanto de la burguesía» (1972), de Luis Buñuel.
De esa época destaca su trabajo en la trilogía de García Berlanga, es decir, «Escopeta Nacional» (1978), «Patrimonio Nacional» (1980) y «Nacional III» (1982).
Soler Leal recibió el premio a la mejor actriz de la Asociación de Cronistas y Espectáculos de Nueva York por su participación en «El crimen de Cuenca» (1979), y fue galardonada con el premio del Círculo de Escritores por su interpretación en «Bearn» (1983), de Jaime Chavarri.
Trabajó a las órdenes de Pedro Almodóvar en «¿Qué he hecho yo para merecer esto?» (1984), y en 1984 con «Las bicicletas son para el verano», película basada en la obra del mismo título de Fernando Fernán Gómez, logró también un éxito de crítica y público.
Sus siguientes películas fueron «La vaquilla» (1985), de García Berlanga; «Hay que deshacer la casa» (1986), de José Luis García Sánchez; «Cara de acelga» (1987), de José Sacristán; «Sauna» (1989), de Andreu Martín, y «La telaraña» (1990), de Antoni Verdaguer.
A finales de los 80 también intervino en la serie de TVE «El olivar de Atocha» y presentó el programa concurso «Juego de niños».
De 1991 es su papel estelar en la película «Los papeles de Aspern», con Silvia Munt. Ese año también trabajó en el filme «Las apariencias engañan», de Carlos Balagué.
Después de dos décadas sin pisar los escenarios, desde que a mediados los setenta hiciera con Marsillach -su primer marido- la obra «La señorita Julia», en abril de 1993 representó en Barcelona la obra «Amanda», bajo la dirección de Bonnin.
Poco antes había realizado el corto «Cenizas a las cenizas», del director Miguel Albadalejo.
En julio de 1993 volvió a trabajar con García Berlanga en la comedia «Todos a la cárcel». A esta le siguió en 1994 la cinta de Antonio del Real «Por fin solos», junto con Alfredo Landa.
En 1995, representó la obra «El zoo de cristal», dirigida por Mario Gas, y coincidiendo con su estancia en Madrid, rodó la película de Azucena Rodríguez «Puede ser divertido». A continuación estrenó en Barcelona, como protagonista, «La Celestina».
A mediados de los noventa protagonizó «El ángel de la guarda», y en 1997 trabajó en la serie de Tele 5 «Querido maestro». Encabezó el reparto del corto «Polvo eres», de Carles Sans, e inició una gira con «Salvajes», dirigida por Gerardo Malla.
Entre 1999 y 2003 intervino en las películas «París Tombuctú» y «Janis y John"; en el telefilme «Mar Rojo» y en capítulos de las series de televisión «7 vidas», «Condenadas a entenderse», «Paraíso», «Un paso adelante» y «Paco y Veva».
Después de muchos años de ausencia en el teatro regresó con «Don Juan Tenorio» (2001), «Las mariposas son libres» (2003) y «Al menos no es Navidad» (2005), que hizo con Asunción Balaguer.
Por su trayectoria profesional recibió el premio Pepe Isbert (1995); la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1995); el Premio Miguel Mihura (1998) y el premio homenaje de los Fotogramas de Plata (2004).
Estuvo casada con Adolfo Marsillach, del que obtuvo la anulación eclesiástica del matrimonio en 1965, y con el productor Alfredo Matas, con el que tampoco tuvo hijos y del que enviudó en 1996.