La temporada turística ha finalizado y son muchos los locales que van a ver mermado su número de asistentes, sin embargo, los que ofrecen espectáculos diarios, salvo los que están en lugares turísticos, empiezan a «recuperar» espectadores en otoño, pese a que «la situación es complicada y resulta difícil cubrir gastos para pagar dignamente a los artistas y mantener el local». Esto podría obligar a cerrar alguna sala palmesana, porque «el número de público ha bajado y la crisis infiere en lo que consumen los clientes y en la cantidad de eventos a los que asisten».
Tras la temporada estival, «en la que los residentes prefieren las terrazas, los chiringuitos o las verbenas», el otoño «es el momento adecuado para estrenar nuevos espectáculo», opina Oscar Montaner, de Sa Botiga de Buffons (Valldargent, 29, Palma). Para él, en verano «aguantas como puedes y esperas a que pase», aunque, en su caso en particular, «tuvimos la suerte de estrenar Provocactores en agosto, lo que nos dio un impulso extra».
Posible cierre
Del sector, uno de los que peor lo está pasando es Pep Estrada, del Vamp Café (Industria, Molino 3, Palma), local especializado en música en directo, porque «la subida del IVA, que no podemos aplicar a las consumiciones porque si no vendrá menos gente, la tenemos que asumir nosotros, y aún así, como muchos de los clientes trabajan en verano, pero no en invierno, ahorran mucho más que antes y, en general, consumen menos». Esto, «sumado a que nosotros normalmente no cobramos entrada» le ha llevado a una situación «insostenible», por lo que «traspaso el local o, en el peor caso, lo cerraré». Sin embargo, reconoce que todo el año «recibimos maquetas de grupos o propuestas para bolos, pero tienes que lidiar con los gastos y no puedes programarlos».
Por otro lado, la mala situación del sector no ha impedido que se abran nuevos espacios, como la Sala Dante (Camino Jesús, 54, Palma), desde la que Armand Abraham considera que «hay que innovar para atraer público, fusionar y cambiar los formatos de los espectáculos para que sean más atractivos». En su caso, «buscamos nuevas fórmulas, como la que presentaremos en noviembre, que consistirá en pequeñas piezas de danza de distintos estilos».
Otro de los nuevos locales en Palma es Almatesta (Industria, 8). Una de sus gerentes, Raquel Rivero , reconoce que «pese a que hemos empezado hace apenas un mes, nos resulta más fácil programar para los próximos». De hecho, «los artistas nos visitan para ofrecernos sus espectáculos y ya tenemos más clientela que al inicio».
El interés de los artistas para trabajar pone de manifiesto que «hay calidad de sobra» para llenar la programación semanal de los locales, aunque lo que falte sea público que llene las salas y las haga económicamente viables.