Justo al final del trayecto que conecta Sóller con el Port se exhiben en un parque de esculturas obras de Riera Ferrari, Glòria Mas, Joan Costa, Amador, Pere Pujol o Francesca Martí, un entorno «mágico y artístico». Estas piezas contarán desde este viernes con un nuevo testigo, una nueva mirada, la de Emili Fernández Miró. Será a partir del mural Record de l'Emili , que el artista Joan Gardy Artigas ha trazado en la fachada de la estación del tranvía, junto al restaurante Marisol, en homenaje al nieto de Joan Miró, fallecido hace ahora un año.
Artigas, hijo del ceramista J. Llorens Artigas (que trabajó con Miró) y amigo de Emi, como le conocían sus más allegados, recuerda como su repentina muerte «fue devastadora, nos dejó a todos muy tocados, por eso le rendimos ahora este tributo». Precisamente, la idea parte «de la profunda amistad que unía a Emili con toda la gente del Ferrocarril de Sóller, habían trabajado juntos en muchas ocasiones, como en la salas de grabados de Miró y cerámicas de Picasso», recuerda Artigas.
Las medidas de Record a l'Emili , -realizado a partir de porcelana y cerámica de gres fundida a más de 1.300 grados-, son de cuatro metros de ancho por cuatro de alto, y, desde que le encargaron el proyecto, Artigas tenía muy claro que «quería que fuera alegre, vitalista, como era Emili, no algo mortuorio». En el conjunto, dotado de una gran «carga emotiva», se pueden apreciar «simbologías y grafismos que pueden parecer flores abstractas, aunque son mi pretexto para aportar mucho color».
La inauguración del mural será el viernes, a partir de las 19.00, y se podrá acudir en un trayecto especial de tranvía desde Sóller, al que ya se han inscrito 600 personas.